Aunque la tradición popular solo resalta del rico tamarindo, su buen sabor en jugos y el sueño que según dice suele producir al que se lo toma, las bondades de este alimento, van más allá de lo mencionado.
La pulpa de la fruta se utiliza como condimento en la cocina asiática tanto como en la de Latinoamérica; también es un importante ingrediente de la salsa inglesa y algunas otras salsas.
La pulpa de un fruto joven es muy ácida, y por lo tanto recomendable para muchos platos, mientras que los frutos maduros son más dulces y pueden ser utilizados en postres, bebidas o como aperitivo.
La pulpa, hojas y la corteza tienen aplicaciones medicinales. Por ejemplo, en Filipinas, las hojas son tradicionalmente usadas en té para reducir la fiebre causada por malaria.
Debido a la densidad y durabilidad, la madera del tamarindo puede ser utilizada para fabricar muebles y duelas. Los árboles de tamarindo son muy comunes en el sur de la India particularmente en Andhra Pradesh. Se utilizan para dar sombra en las carreteras y autopistas del país.
El tamarindo se encuentra disponible en tiendas hindúes, chinas y mexicanas por todo el mundo. También se vende como un dulce, mezclando su pulpa con azúcar o sal y chile, en Guatemala, Cuba, México, Honduras, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Isla de Guadalupe y como ingrediente en gran variedad de botanas en el Sudeste de Asia (secos y salados, frescos y endulzados, enchilados, como bebida, paleta). En México, Colombia, Guatemala, Perú, Nicaragua, Costa Rica, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela, Bolivia y El Salvador se hacen concentrados de pulpa de tamarindo para la fabricación de refrescos y bebidas. Debido a sus propiedades medicinales es utilizado como medicamento ayurvédico para algunos problemas de digestión o estomacales. También es un laxante eficaz, por lo cual puede ayudar en casos de estreñimiento pertinaz.