El Día del Poder Judicial solo sirvió para demostrar el nivel de degradación ética que ha alcanzado no solo el Sistema de Justicia, sino todos los poderes del Estado, para convertir este país en un corral con muros de acero y un tope electrificado con alambres de púas para que nadie pueda huir del fango que nos consume como en una hoguera de la inquisición feudal.
Si para algo sirvió el día del Poder Judicial fue para comprobar los niveles de burla al pueblo de las autoridades, donde sobresalieron el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán y el procurador general Francisco Domínguez Brito, con la complicidad del Presidente Danilo Medina, testigo ciego, sordo y mudo de un espectáculo deprimente propio de una nación subdesarrollada.
Mi mayor decepción –y lo digo con pena porque le guardaba admiración y respecto- es el procurador Domínguez Brito porque olvidó su rol como representante de la sociedad para subordinarse a las decisiones del partido de gobierno permitiendo que siga la corrupción y la impunidad sin indignarse y renunciar para conservar su dignidad. ¡Qué decepción tan grande me embarga!
El nivel de simulación del Procurador es inaudito.
Su respaldo “incondicional” al presidente de la Suprema Corte es un monumento a la inconsecuencia jurídica propia de un hombre que un día dice no creer en la justicia, que se siente asqueado y al otro día, de manera inverosímil, se convierte en un ferviente creyente, como el ateo que dice haber encontrado a Dios sin haberlo visto y sin recibir ninguna señal de su existencia.
Si de algo sirvió el sainete del Palacio de Justicia y del Altar de la Patria el triste día del poder judicial, fue para demostrar por enésima vez como el PLD se burla del pueblo contando con su ignorancia y su pobreza material, pues nada de lo que dijo Mariano German es cierto, ni nada de lo que dijo Domínguez Brito tampoco. Ambos mintieron, ambos se burlaron del pueblo, ambos mostraron sus caretas en el carnaval de la podredumbre judicial.
No es verdad que las denuncias sobre las mafias en el poder judicial la encabecen Awilda Reyes y Arias Valera, como tampoco es verdad que los responsables de la mafia en la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE) sean los que están presos. Ellos son los eslabones más débiles de las cadenas de corrupción en el gobierno. ¡Y lo sabe Domínguez Brito¡ ¡ Y lo sabe Danilo! ¡Y lo sabe Leonel!¡Y lo sabemos todos!
De igual modo esas autoridades saben que existen oficinas de “prestigiosos” abogados cuya tarea es “resolver” entre fiscales, generales y jueces casos de corrupción, evasión, contrabando, lavado, narcotráfico y crímenes.