Con boicotear la reapertura del mercado binacional Haití no hace más que aumentar el sufrimiento de la población. Y mientras más se resiste en detener el trasvase en el río Masacre, más difícil se la pone el Gobierno para la construcción de la obra.
La primera respuesta fue la habilitación del canal de La Vigía, que toma agua más arriba de la boca abierta por la vecina República para abastecerse. Haití protestó por el miedo de quedarse sin agua para su trasvase, pero continuó con su proyecto.
Al decidir efectuar un desvío del río antes de la reapertura de la frontera, entonces el Gobierno restringió la exportación al país de cemento, varillas y todo tipo de materiales de construcción.
Con las dificultades que tienen los haitianos para abastecerse de los artículos en el exterior, tendrán más problemas para la construcción de su obra.
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No es lo mismo adquirir mercancías aquí para satisfacer sus necesidades que hacerlo en otros países. Si todavía no acatan la determinación, los haitianos tendrán que prepararse para recibir golpes más fuertes. a la crisis se le han buscado todas las vueltas, pero su tozudez les impide entrar en razones.
Con bravuconería sólo conseguirán tensar más las relaciones.
El recurso de boicotear el mercado binacional de Dajabón es un acto cruel, que perjudica más a los haitianos que a los dominicanos. Más conviene al Gobierno de Haití una política de buen vecino que la hostilidad con una nación que ha sido tan consecuente con sus necesidades.