La designación de Virginia Faride Raful Soriano como ministra de Interior y Policía es una atinada decisión del Señor Presidente Luis Rodolfo Abinader, quien ha reconocido en la distinguida dama su tacto, su sabiduría y su sensibilidad humana para llegar hasta los sectores más humildes de la sociedad dominicana.
Pese a su juventud, ya Faride se ha perfilado como una dama de Estado, que está montada en el tren del futuro para alcanzar la más alta cima de la atalaya del éxito.

Su honestidad probada, su dinamismo, su compromiso con el pueblo no dejan dudas de que estamos frente a una líder política que sigue los pasos de las más excelsas damas que han alcanzado el solio presidencial en América Latina y el mundo.
El Ministerio del Interior, como su nombre lo indica, es el ministerio de lo de adentro, la administración de las entrañas del pueblo, de lo más recóndito de nuestro país, donde muchas veces no llegan otras dependencias del Estado.
No sólo es un ministerio de Policía, sino de gobernación y como tal tiene que estar presente en todas las provincias del país, dando asistencia a la gente, tocando el alma del pueblo, y esa es realmente la característica de Faride Raful: sensibilidad y compromiso con los humildes.
Es Licenciada en Derecho por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, con maestría en Derecho de las Telecomunicaciones y Tecnología de la Información, por la Universidad Carlos III de Madrid, así como posgrado en Derecho de la Información por la Universidad de Salamanca y una especialidad en Derecho de Autor, por la Universidad Andrés Bello de Venezuela.
Como parte de su sensibilidad social, Faride es una gran defensora de los derechos humanos y así lo demostró en su paso por el Congreso Nacional, primero como diputada y después como senadora del Distrito Nacional.
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Al momento de tomar el control del Ministerio del Interior, Faride dijo que su prioridad es mejorar la seguridad ciudadana y el orden público, bajo cuatro ejes fundamentales, que son: 1.-Continuación de la modernización de la gestión de seguridad, 2.-Construcción comunitaria del orden, 3.-Eficientización de los servicios, y 4.-La articulación interinstitucional efectiva para la gestión del orden.
Valiente y solemne como una majestad de los antiguos predios, a Faride le sobra honestidad, luz intelectual, sagacidad, paciencia, humanidad, humildad y todos atributos que deben adornar a las grandes líderes para conducir el barco por mares de buenos augurios. ¡Éxitos a esa digna hija de los de nuestra Patria!
Jerez Wisky
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