Jerez Wisky
Cada día que pasa uno se queda más sorprendido a leer en los diarios en la mañana la gravedad de la crisis económica en que las anteriores autoridades dejaron las cuentas nacionales.
Los fraudes, robos, macuteos, y desfalcos que cometieron las anteriores autoridades, cada vez que aparece citados por sus nombres en los medios de comunicación escrito o se escuchan atreves de la radio o televisión, hacen que la gran mayoría de los ciudadanos se pregunte donde rayos estaba escondida esa gente que prácticamente nadie lo había visto.
Es por ello que en el primer párrafo de esta columna hago costar cuál es la posición geográfica que ocupa la isla de Santo Domingo. Y me pregunto sorprendido como rayos es que diablo ocupa la misma posición geográfica en que la encontró el 5 de diciembre de 1492, cuando el gran almirante Don Cristóbal Colon la descubrió ósea en la Latitud: 18°30’00? N, Longitud: 69°59’18? O, Altitud sobre el nivel del mar: 5.
La respuesta que acude a mi mente ante tal pregunta es tan simple y sencilla como la que hemos citado en nuestro segundo párrafo de nuestra columna de hoy.
porque sin lugar a dudas si él planta que nos alberga no hubiese estado hecho de tierra como lo indica su nombre, indudablemente que muchos de los que han pasado por el solio presidencial, no todos desde luego porque también lo han ocupado, mucha gente, personas serias, dignas de tal honor, se hubiesen llevado la isla a otra situación geográfica, para lograr lo cual lo hubiese bastado con alquilar 2 potentes remolcadores de los que tienen Estados Unidos, Rusia, Chica, Japón y Alemania, y paro de contar.
Los listados de exfuncionarios que deben acudir ante la barra de la justicia a dar explicaciones sobre el origen tibio de la fortuna que exhiben impúdicamente no resultan tan sorprendentes habidas cuentas de que entre nosotros es un hábito, salvo exenciones en dedicarse a la política para derivar beneficios no solo en el interés propio sino sus parientes, amigos y militantes partidarios.
Uno piensa entonces como estarán revolviéndose en sus sagradas tumbas los padres de la patria, Duarte Sánchez Y Mella, si no también otros próceres como Gregorio Luperón entre otros, y recuerda que la Junta Central Gubernativa nombre a Juan Pablo Duarte, supervisor del ejército del sur y cuando este patriota inmenso retorno a Santo Domingo un mes después rindió cuenta de los mil pesos que había recibido para avituallar la tropa y devolvió 998 pesos, con 82 centavos, pues solo había tenido tiempo de gastar 1 peso con 18 centavos para mantener los hombres a su mando.