En medio del revuelo causado por la reforma fiscal, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, desempeñó un papel estelar con la apertura y la equidistancia que observó en las vistas públicas sobre el proyecto.
Antes de llevar la pieza al hemiciclo, Pacheco, en una buena lección de democracia, decidió escuchar a todos los sectores, sin excepción ni cortapisas.
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Sin importar la prisa que pudiera tener el Gobierno en una pieza que terminó por retirar por el amplio rechazo, el presidente de la Cámara de Diputados optó, como aconsejaban las circunstancias, por tomarse su tiempo.
Hasta el propio presidente Luis Abinader reconoció que el proyecto, con el que se procuraba recaudar más de 122 mil millones de pesos, no podía aprobarse sin contar con el respaldo de los distintos sectores. Como veterano político Pacheco hizo un aporte a la paz.