Padecemos de las malas mañas que nunca mueren
Este pueblo parece estar sujeto por los colgantes por parte de una claque política indolente y abusiva, proclive a la indelicadeza y las operaciones de engaño que con sus manos enguantadas en blancos guantes, con una nos exprimen y con la otra sostienen el devocionado clamando a Dios por nosotros.