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Género de los vocablos formados con el sufijo -ero
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Género de los vocablos formados con el sufijo -ero

El sufijo /-ero, -era/ tiene cuatro funciones que confluyen hacia la formación de palabras. La primera da origen a sustantivos que indican oficio, ocupación, profesión o cargo, tales como ingeniero (persona titulada en ingeniería), jornalero (quien trabaja por jornal, bracero), librero (quien vende libros), zapatero (persona que fabrica o vende zapatos), carpintero (quien trabaja carpintería), campanero (persona que tiene por oficio tocar la campana), jardinero (quien cuida y cultiva el jardín), billetero (quien vende billetes de lotería), algodonero (quien siembra algodón. (En cada caso, al menos gramaticalmente, el sustantivo acepta el femenino terminado en -era: ingeniera, zapatera, pero en la realidad, no todos estos oficios son ejercidos por mujeres.

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No todo gustazo conlleva un trancazo
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No todo gustazo conlleva un trancazo

Será difícil que alguien sepa cuántas palabras pueden formarse a partir del sufijo -azo, como también es poco probable que, debido a su cuantía, algún diccionario pueda incorporarlas. La derivación es un procedimiento al alcance de todos los hablantes, letrados o iletrados, para crear voces nuevas. Los sufijos y prefijos son buenos aliados para esta acción.

Gentilicios que resultan curiosos
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Gentilicios que resultan curiosos

Los nombres que denominan países, ciudades, pueblos, barrios o cualquier territorio admiten la aplicación de sufijos para originar una palabra con la que se identifica a las personas naturales de tales lugares.

Taboola