Carta de los Lectores

Faride, senadora

Faride, senadora

Previo a las elecciones presidenciales y congresuales que ejemplarmente realizamos los dominicanos escuché, vi y leí, especialmente en las famosas redes sociales una oración, una expresión tan sugerente como malsana: “Si Faride Raful gana la senaduría del Distrito Nacional, le habrá ganado a la Iglesia Católica y a las iglesias evangélicas”. Nada más falso y estúpido.
Finalmente, como se veía venir, Faride resultó triunfadora. Pero no es cierto que le ganó a las Iglesias, Faride le ganó a los caballeros con los que compitió por la senaduría del Distrito Nacional, a quienes hay que reconocerles el potencial político y social que los adorna. Lo que si es cierto, muy importante esto, que le ganó a la maledicencia, le ganó a la manipulación, le ganó a la mentira y la tergiversación.
Faride, lejos de defender los valores, qué digo… Los antivalores que se les estuvieron atribuyendo, defiende, como le corresponde a todo ente político como ella, los valores y principios democráticos, los valores y principios cristianos, defiende los derechos humanos universalmente reconocidos por las Naciones Unidas, o sea los derechos aceptados buenamente por todos los países del globo terráqueo, en primera fila obviamente, el derecho a la vida, el derecho a todas las libertades, incluyendo la libertad de creencia. La libertad de cultos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un documento compromiso que marca un hito en la historia del desarrollo de la humanidad… La Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en todo el mundo.
Sucede y viene a ser que hay quienes consideran que el dogmatismo, el fundamentalismo y el fanatismo están entre los derechos humanos, y no es así.
Faride ha emergido en los últimos años como una dirigente política que sabe lo que tiene entre manos. Como diputada se ha conducido con el mayor acierto, jugando de manera precisa el rol de todo buen legislador, como es el de legislar, fiscalizar y representar. Lo ha hecho con gallardía, con eficiencia, eficacia y efectividad.
Faride, tú tienes todas las credenciales para ser una senadora excelente. Honestidad, talento y experiencia acumulada. Faride, por aquí por esta tribuna, te saludo y felicito, y en tu persona, saludo y felicito a la mujer y a la juventud dominicana.
Atentamente,
José Vicente Calderón R.

El Nacional

La Voz de Todos