Kenia, en África, dejó sin pretextos a Estados Unidos, Canadá, Brasil y otras potencias al aceptar encabezar un contingente internacional para combatir el pandillerismo y la criminalidad en Haití.

En tanto la decisión tiene que pasar el filtro del Consejo de Seguridad de la ONU ya políticos haitianos como el excanciller Claude Joseph han puesto reparos a la disposición de la nación africana.

Ante la ola de violencia y los desmanes del pandillerismo la población haitiana se ha organizado en brigadas para defenderse.

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Pero a pesar de la urgencia que tiene Haití para restaurar la gobernabilidad y la seguridad ciudadana la intervención internacional parece, a simple vista, que tendrá que sortear muchos obstáculos.

Por lo menos Rusia y China no simpatizaban con la intervención solicitada por el propio gobierno haitiano. Aunque le hayan dado el visto bueno a la disposición de Kenia de enviar mil agentes para reforzar a la Policía haitiana, las potencias occidentales no veían la intervención como la mejor salida a la crisis.

La han respaldado, pero es tan largo el camino que se tiene que recorrer que la decisión, también apoyada por el gobierno dominicano, es una incógnita.

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Si en la decisión de la nación africana Estados Unidos y las potencias no se involucran lo más probable es que se tenga que esperar más tiempo.