¿Qué Pasa?

Generalidades

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Actualmente reímos a mandíbula suelta con las ocurrencias de comediantes como Raymond y Miguel, Carlos Sánchez e incluso el multifacético Anthony Ríos, pero eso nos hace recordar que la República Dominicana se ha caracterizado desde tiempos remotos por tener excelentes humoristas, muchos de ellos ya fallecidos, pero no por eso olvidados.

Entre ellos se destaca sin la menor duda el siempre talentoso Freddy Beras Goico, quien a través de los diversos programas de televisión con que deleitó al país provocó estruendosas carcajadas con sus chistes y anécdotas, lo que al mismo tiempo hizo en presentaciones en vivo en teatros y clubes nocturnos. Su fallecimiento en noviembre del 2010 dio lugar a muestras de cariño nunca vistas en el país.

Luisito Martí también dejó su huella en el humor dominicano, no sólo a través de la televisión, la radio y las presentaciones personales, sino que usó un medio que en su tiempo no todos se atrevían a ocupar: el cine. Fallecido en enero del 2010 a raíz de un cáncer estomacal, Martí también se destacó como cantante. Si queremos disfrutar de su humor, sólo tenemos que poner el DVD de “Nueba Yol”, su obra magistral. Otro de los pioneros del humor dominicano fue  Julio César Matías, “Pololo”, quien nos dejó a fines del 1986 tras un paro cardíaco fulminante.Miembro por mérito propio de la llamada Época de Oro del humor dominicano por su peculiar estilo de hacer reír a la gente, su característica fue recurrir al uso de la declamación para arrancar carcajadas del público, lo que llevó a sus admiradores a apodarlo también “El poeta”.

 María Rosa Almánzar, conocida como “Sirita”, murió en mayo del 2010, a los 75 años de edad, a consecuencia de los efectos que le causó un derrame cerebral que había sufrido años antes. Su rostro inconfundible apareció regularmente en El Show del Mediodía, entre otros programas.

Una muerte inesperada, la de Milton Peláez, quien fue víctima de un balazo que le disparó un amigo en un confuso incidente, en mayo del 2006, dejando atónito al pueblo dominicano.

Paco Escribano, fallecido en 1960, inició su trayectoria como humorista en radio en la década de 1940, donde llamó la atención de Julia Molina, la madre de Rafael Trujillo, quien lo salvó más de una vez de los esbirros del régimen que lo querían castigar por su tono irónico.

El Nacional

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