Olga Lara
A veces nos acostumbramos tanto a ver una persona en un área, que no pasa por nuestra mente que quizás dicho ser que es tan bueno cantando o bailando, también sea muy diestro en otros aspectos, que no tengan nada que ver con lo que popularmente se dio a conocer.
Entre ese tipo de personas esta mi deferente y queridísima amiga Olga Lara, quien desde temprana edad sintió una fuerte inclinación por la música. Desde su ciudad natal, Azua de Compostela, ella comenzó a tener sus primeros contactos con la música, quizás sin pensar que tiempo después se convertiría en una figura de renombre a nivel musical.
Olga estudió solfeo, piano y guitarra. Con gran destreza para el inglés, este idioma fue su gran aliado para sus primeros empleos.
Pero en 1979 su gran talento y pasión por la música no podían quedarse oculto y sus canciones comenzaron a fluir de manera tan natural, que el público la acogió como una de las cantantes solista más aclamada de aquellos tiempos.
Popularidad que también se acrecentó cuando empezaron a rivalizarla con su colega Vickiana.
Y es que el tema de la rivalidad de los artistas no es cosa de ahora, y también hay que reconocer que muchas veces la “rivalidad” les suma notoriedad a los artistas.
Esta faceta como cantante y compositora también la hizo merecedora de múltiples reconocimientos.
Sin embargo, cuando creíamos que ya Olga nos había regalo mucho con su talento en la música, en estos últimos años también nos ha demostrado su talento para escribir libros.
Su obra “Cosas del alma: a la luz de la psicología” hace unos días salió como uno de los libros más vendidos en una de las librerías más reconocidas del país.
A través de las líneas que componen su libro, Olga nos presenta unos poemas que ponen a volar nuestra imaginación y nos llevan a otro de su mundo, la psicología.
Otro terreno en el cual se ha destacado y desempeñado con éxito.
Olga Lara ha demostrado con su andar en la vida, que siempre hay tiempo para experimentar en otros ámbitos. Ahora, hay que reconocer que el ser exitoso en todo no ocurre con todas las personas, ella simplemente es una excepción.
