El subdesarrollo ha sido motivo para que los países ricos del planeta ofrezcan sus respuestas pertinentes para tratar de que en el mundo impere la prosperidad general. La ONU, los gobiernos, y el filantrocapitalismo han desplegado fuertes ayudas para que alimentos, salud y educación estén más ampliamente disponibles.
Hasta le han puesto plazos que postulan erradicar hambre y pobreza para que se conviertan en realidad perdurable. Indudablemente que uno de los sectores al que se ha prestado mayor atención es a la agricultura. Para viabilizar los recursos a la gran cantidad de piadosos países que la reclaman, los gobiernos crearon sus agencias, y Estados Unidos como principal donante del globo creó la USAID.
Como el camino contributivo no es recto, estas agencias, filantrocapitalismo y oenegés se han separado en ámbitos distintos, cada cual con agendas especiales. Para citar un ejemplo, República Dominicana recibió constante ayuda de la AID para su desarrollo: al agro aportó recursos a la creación del ISA, la JAD, el IDIAF, los clústers, facilitador del DR-CAFTA, programa de becas, etc., pero con la nueva denominación de USAID, en todo un giro copernicano, pasaron a apoyar sectores con unas agendas raras de “desarrollo”: LGBT, aborto, género, y demás hierbas del tupido y crecido herbazal sodomita.
Desde luego, el hecho más relevante en su estructura de políticas es el de la intervención electoral cuando crearon PC en 1993, con la crisis haitiana derivada en crisis electoral por el interés del gobierno de B. Clinton de sustituir a Balaguer, que le negó el territorio nacional para asentar cientos de miles de haitianos.
Pero lo más básico fue ver el embajador Pastorino escoltado por miembros de PC promover “su” candidato Peña Gómez; y más, denunciar al mundo el fraude colosal, con librejo incluido, obviando que once días antes de las elecciones del 1994, Gallup-Rumbo daba a Balaguer arriba por un punto contra Peña; y todavía más: que en las elecciones del 1996 no aparecieron los votos supuestamente robados o trastocados al PRD. Todo una burda trama.