El nuevo pleno de la Cámara de Cuentas (CC) ha publicado tres auditorías aplicadas a los ministerios de Hacienda e Industria y Comercio, así como al Instituto Nacional de Atención a la Primera Infancia (Inaipi), las cuales fueron realizadas entre 2016 al 2020, por anteriores gestiones de esa institución.
La directiva de la CC, presidida por Emma Polanco Melo e integrada por Francisco Tamariz Florentino, Ramón Méndez Acosta, Francisco Alberto Franco Soto y Griselda Gómez Santana, fue puesta en posesión el pasado 23 de abril, por lo que su gestión apenas cumple un mes y una semana.
Llama la atención que durante tan corto período el pleno de la Cámara de Cuentas pudo revisar esas auditorías que estuvieron congeladas por cinco años por plenos anteriores, más aun cuando esos informes refieren gestiones sólo correspondientes al gobierno que encabezó el licenciado Danilo Medina.
Esas tres auditorías coinciden en que arrojan graves fallas en uso y administración de fondos de las instituciones auditadas, uno de cuyos titulares confronta sometimiento a la justicia junto a otros funcionarios del anterior gobierno por supuestos actos de corrupción.
No hay razones para dudar del contenido de esos informes, pero tampoco para asimilarlo completamente sin que la actual directiva de la Cámara de Cuentas explique las razones por las cuales no fueron publicados durante cinco años y por qué el recién instalado pleno se estrena con su publicación.
Si la titular o cualquiera de los miembros de ese organismo se toman más tiempo para hurgar en los archivos, quizás encuentren auditorías realizadas a alguna dependencia del actual gobierno, en cuyo caso hubiese sido más saludable presentarlas junto a los otros hallazgos.
Los juramentados miembros de la Cámara de Cuentas prometieron actuar con transparencia, compromiso que incluye guardar las apariencias en cada uno de sus actos, más aun cuando la historia reciente recuerda la abrupta intervención del Ministerio Público en sus instalaciones porque supuestamente funcionarios alteraban documentos.
Sin importar si los contenidos resultan buenos o malos, no resulta agradable que el nuevo pleno de ese organismo presente un legajo de informes que acusan retraso de cinco años, que aluden a un solo gobierno y que humanamente no pudo ser revisado con debido criterio técnico. Asunto de apariencia.