La República Dominicana enfrenta uno de los peores desafíos en su historia por la salvaguarda de la soberanía nacional, amenazada constantemente por fuerzas foráneas que han encontrado una patriótica resistencia de centenares de héroes y mártires que han ofrendado sus vidas, a fin de preservar la independencia que nos legó el patricio Juan Pablo Duarte y sus compañeros de lucha, y luego reconquistada por la Restauración el 16 de agosto de 1865.

Sin embargo, Haití persiste en adueñarse de nuestro territorio, en una conjura prohijada por potencias extranjeras, cuyos líderes se han desatendido de la grave crisis que padece esa nación, dominada por pandillas de crimínales que desarrollan acciones, que dejan una secuela de muertos, secuestros y asaltos, impidiendo la convivencia humana y extrapolando su repercusión otros países.

Hay muchas localidades del país donde los haitianos son mayoría, como Elías Piña, Jimaní, Dajabón y comunidades de Bávaro, provincia La Altagracia y otras, una primacía muy peligrosa para la supervivencia de nuestro territorio como nación libre. Un tenebroso panorama que muchos no quieren ver y cuando despierten será demasiado tarde.

Ahora cuando se prepara una fuerza militar para intervenir en Haití a tratar de poner orden allí, surgen los temores de una inmigración masiva hacia nuestro terruño, bajo la protección de un llamado Plan de Contingencia que permite crear centros de refugiados, protegidos por reglas de derecho internacional, el cual sería una máscara para encubrir la orquestación de un macabro proyecto fusión política de la isla.

Te puede interesar leer: Abinader frente a Haití

Figuras de prestancia internacional, como Mari Le Pen, una las principales líderes de Francia, periodistas de algunos países latinoamericanos, ilustres escritores del pasado reciente, han alertado sobre los planes funestos contra la República, resaltando que hay más de tres millones de haitianos ilegales que nos cuestan 10 mil millones de dólares al año, pues consumen 40 por ciento del presupuesto de salud y el 35 por ciento de la asignación al ministerio de Educación.

Hemos derrotados a los haitianos en 14 batallas y debemos prepararnos para la confrontación final, la cual dejará miles de cadáveres esparcidos en toda la geografía nacional, un enfrentamiento que los vecinos, desgraciadamente por culpa de todos los gobiernos de turno, tienen ventajas , dado que los tenemos por doquier.