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Haití y Migración

Haití y Migración

Hugo A. Ysalguez

Un país soberano tiene un absoluto control migratorio, a fin de evitar un desbordamiento masivo de extranjeros que alteren su ordenamiento jurídico, y trastornen su vida cotidiana con la penetración cultural a través de costumbres, música, acciones tribales y otras desviaciones que afectan gravemente las tradiciones, identidad y nacionalidad de un pueblo, como ocurrió con Kosovo que perdió su independencia arrebatada por los albaneses.

República Dominicana ha sido tímida en la época contemporánea en la aplicación de las medidas que están contempladas en la Ley de Migración, lo que ha permitido que se escape de su autoridad y control, la elevada cantidad de inmigrantes haitianos que sobrepasan de una población de casi cuatro millones, constituyendo un grave peligro para la soberanía nacional, puesto que Haití considera nuestro país como parte de su territorio y tienen un afán imparable de apoderarse del suelo criollo a través del tiempo.

Y para evitar tal despropósito, los dominicanos han enfrentado a las huestes haitianas en más de una docena de batallas, donde nuestro ejército siempre ha salido airoso, aunque muchos soldados perdieron la vida, abonando con su sangre generosa la defensa y el decoro de la Patria.

Y por las razones expuestas, debemos aplaudir y estimular a la dirección de Migración, cuyo titular Venancio Alcántara, ha emprendido una jornada permanente de deportación de haitianos ilegales, cortando vías de corrupción a fin de los apresados no se sean liberados por migajas de dinero, ignorando el daño que le provocan al país sus acciones bochornosas e indignantes que permiten que sea frustratorio, la labor de expatriación.

En lo que va del año, la dirección de Migración ha deportado un total de 85,780 haitianos ilegales, siendo el mes de septiembre el más activo con casi 12 mil indocumentados retornados a su país, un trabajo que debe ser reforzado para que sean incesante, continuo y sin pausa hasta lograr que descongestione el país de miles de ferros y favelas de inmigrantes sin documentación legal para residir en nuestro terruño.

Contener la eventual avalancha de haitianos que ocasionará la intervención norteamericana a Haití, es una tarea fundamental de las Fuerzas Armadas