Con el arribo ayer al puerto de Cabo Rojo, Pedernales, del crucero Norwegian Pearl, con 2,556 turistas, emerge en firme el cuarto polo turístico de República Dominicana, llamado a convertirse en la principal fuente de empleo y crecimiento económico de las regiones sur y suroeste.
El arribo de esa embarcación coincidió con la inauguración de la primera etapa de esa terminal portuaria, cuya ceremonia de apertura fue encabezada por el presidente Luis Abinader, quien estimó que para 2026 por esas instalaciones arribarían un millón de cruceristas por año.
Transcurrieron más de 25 años desde que el Estado inició el proceso de recuperación de terrenos del litoral de Pedernales, irregularmente distribuidos por el Instituto Agrario Dominicano (IAD) como parcelas agrícolas, por lo que resulta gratificante el gran paso de avance que significa el puerto turístico de Cabo Rojo.
En la zona playera de Bahía de las Águilas se construyen tres hoteles con inversiones patrocinadas por consorcios hoteleros internacionales, en tanto que otras iniciativas similares ya estarían en fase de diseño, lo mismo que la construcción de un aeropuerto internacional.
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El polo turístico de Pedernales se perfila como un destino singular en el Caribe, al poseer extensas zonas de playas de arenas blancas, micro climas costeros, áridos y de montaña, así como parques nacionales, áreas reservadas y enclaves pre coloniales, además de la proverbial cortesía de la población sureña.
Los beneficios que depararía el puerto de Cabo Rojo durante los próximos tres años han sido proyectados por el mandatario en el arribo de un millón de visitantes, la creación de tres mil empleos directos y uno diez mil indirectos, además de la activación de la agricultura en el sur profundo.
La hoy incipiente industria turística del lejano sur arribaría a su plena consolidación en un periodo de diez años para Pedernales y de otros diez para toda la región, pero cada día de trabajo planificado entre Gobierno y población significará más empleos y mayor valor agregado a la economía regional.
El anclaje ayer del primer crucero al puerto de Cabo Rojo marca un día histórico para la industria turística nacional, pero también redobla el compromiso de promover un tipo de turismo incluyente que garantice la participación plena de las comunidades, que respete y preserve las riquezas ecológicas, ambientales, fauna, flora y los asentamientos históricos. Así se construye el futuro.
