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Homenaje y recuerdo al doctor Efraín Keisari

Homenaje y recuerdo al doctor Efraín Keisari

Ubi Rivas

En un tórrido día muy usual en Azua del local de Ysura de 1971, en el transcurso de una conferencia sobre el uso óptimo del agua para reguío, el jefe de la misión técnica embajada de Israel, recordado doctor Efraín Keisari, expuso entre otros argumentos sobre el tema, la dicha que tuviera su país si dispusiera de tierras como las del sur, el sur profundo y la Línea Noroeste.

En presencia del director el IAD, el ingeniero agrónomo Manuel Viñas Cáceres, el inolvidable e irrepetible Meme Viñas, quien me invitó al acto, y el siempre presente en nuestra memoria embajador de Israel, Johanan Bein, los presentes nos deslumbramos al edificarnos el doctor Keisari sus profundos conocimientos científicos sobre manejo del agua, judío excepcional por su manifiesto afecto a nuestro país, y su fascinación por las mujeres oscuras.

Edificó su ponencia el doctor Keisari explayándose sobre la extrema pobreza de los suelos en su país, el uso óptimo del agua de los únicos tres angostos afluentes, Jordania, Kisón y Yarmuck, de apenas el ancho de una calle estrecha, suficientes para suministrar agua permanente a tres millones de israelíes, sin que el esencial servicio falle nunca.

El agua de esos tres afluentes se conserva en grandes reservorios, y los israelíes aplican la cultura del ahorro, abriendo las llaves cuando se bañan, y cerrándolas mientras se enjabonan, volviendo abrirlas para rodar el jabón, y el agua del baño se conserva en un recipiente que descarga al inodoro.

Los cultivos se irrigan por goteo, porque igual que una persona, una planta requiere una dosis suficiente para normalizar su ciclo vegetativo y productivo, y el resto sobra y es desperdicio.
Además hay miles de hortalizas apátridas en los techos de las casas familiares, que no requieren del suelo, sino hidropónicos con soportes de virutas de madera, hojas y arbustos.

El doctor Keisari oteó el derredor del centro Ysura, y dirigió sus brazos a las tierras adyacentes, añorando tenerlas en su país, con tierras áridas de la peor categoría edáfica para producir alimentos, logrando abastecer la demanda nacional, y excedente exportable a varios países de Europa.

Esa ponencia del doctor Keisari nunca fue tenida en cuenta ni aplicada.
El tema a propósito que este junio 26, nuestro presidente Luis Abinader firmó un acuerdo con Israel con presencia de su embajador, Daniel Birán, sobre el manejo correcto y provechoso del agua, del que su país es líder y referencia mundial.

Aunque nunca es tarde de procederse en consecuencia, saludo que ese acto protocolar fructifique por toda su inmensidad, aunque sembrar cultura de ahorro del agua, es asignatura difícil de instaurar en un país como todos sabemos somos.

Por: Ubi Riva

subirivas30@gmail.com

El Nacional

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