Es un calificativo con el que se burla a un mocoso casi como una forma de bullying.

Algunos al endurecerse las secreciones la ingieren.

Los pelitos de las fosas nasales junto a las secreciones constituyen una barrera de limpieza que impide que bacterias, polvos y otros atacantes procedentes del exterior penetren nocivamente a las vías aéreas superiores.

En educación hogareña muy rigida, se califica como una mala costumbre y en la apreciación popular: “que bueno es comerse un moco”.

El eructo

Es la expusión sonora de aire desde las vias digestivas hacia la laringo faringe.

Produce un ruido exalatorio que dependiendo de la cultura y la presencia de comensales puede producir una exclamación: “salud” o una reacción de desagrado.

El pedo

“Cosa mal oliente fuera del vientre” dicen los catalanes.

El acumulo de gases en los intestinos y su salida rítmica tomando la carretera del recto con un peaje en el ano constituyen sinfonías de diferentes duración, de ritmicidad.

Puede ser de un tirón, silencioso , de tono agudo o estridentes.

Hay expulsadores sádicos que disfrutan al ser escuchados con una cara de inocencia.

Permanecer muchos días sin evacuar favorece la acumulación de gases que ha llevado a muchos humanos

a las salas de emergencia de algunos centros.

Existen alimentos gaseógenos que predisponen a esos lances.

En exclusivas salas de conciertos nos sorprende que en la parte mas orgásmica de la V sinfonía de Beetoven una dama muy estilizada se pare para acudir al lavatorio ante la inminencia de un verdadero gas rompiente.

La autopercepción del olor y así, la del entorno es variable.

A veces una risotada , otras, “ muchacho hay que operarte seguido estás podrido”.

Lo que no están descritos son los gases perfumados…

Fuente: Eduard y Martha Martonell : “ Las 15 estrategias básicas para evitar la sala de espera”. Editorial Comanegra. 2002. Pag 10 a la 12.

Centro del Libro Cuesta.