Venezuela amanece hoy aguijoneada por una cruenta represión del gobierno de Nicolás Maduro con la detención de centenares de opositores, incluida a María Corina Machado, violentamente interceptada ayer a su salida de una concentración en Caracas, ante lo cual Edmundo González Urrutia advirtió que el régimen juega con fuego.
Corina Machado, líder de la oposición, viajaba a bordo de una motocicleta, escoltada por otras motos cuando fue atacada por un contingente de drones y agentes de seguridad que dispararon contra la comitiva hasta apresar a la veterana dirigente, quien posteriormente fue liberada.
Con la capital virtualmente militarizada, Maduro presenta juramento ante una asamblea legislativa, afin al chavismo, por otro período de seis años, sin que el Consejo Electoral presentara las actas que lo declararían ganador de las elecciones.
González Urrutia, quien se proclama presidente electo, concluyó en Santo Domingo su gira por Argentina, Uruguay, Estados Unidos y Panamá, donde recibió un firme espaldarazo del presidente Luis Abinader como también lo endosaron los mandatarios de esas naciones.
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Sin precisar cómo cumpliría su promesa de arribar hoy a Caracas para prestar juramento, González Urrutia, en un discurso en el acto de apoyo a la democracia venezolana en el Palacio Nacional, proclamó que “nos veremos todos muy pronto en Caracas, en libertad”.
El presidente Abinader dijo que las autoridades de Venezuela aún están «a tiempo para cruzar al lado correcto de la historia» al instarlas a permitir un tránsito pacífico de la democracia, en tanto que el canciller Roberto Álvarez afirmó que González Urrutia fue “a todas luces” el más votado.
Aunque Nicolás Maduro aparenta tener el control sobre todos los resortes del poder, en base al cual impone su reelección con cuestionables resultados, su régimen junto a esa nación quedan arropados en espeso manto de incertidumbre y aislamiento.
El destino de la maltratada democracia venezolana estaría signado por lo que suceda partir del retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, cuando se sabrá la posición que asumirá en torno a la crisis que padece esa nacion, pero también con el derrotero que tomen los acontecimiento al interior de la patria de Bolívar, gobernada por un régimen acostumbrado a jugar con fuego.