El proyecto que fomenta el Gobierno para eliminar los vertederos a cielo abierto no ha tardado en encontrar preocupantes escollos en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a tal punto que inversionistas se consideran burlados.

Aunque el presidente Luis Abinader ha mostrado entusiasmo al exponer que si se continúa con el trabajo que se realiza a través del Fideicomiso DO Sostenible, en cuatro años no existirá ningún depósito al aire libre, las informaciones sugieren que la realidad ha tomado otro camino u otro matiz.

Los negocios relacionados con la basura jamás han destilado un olor agradable, con todo y con los 13 proyectos de construcción de plantas de rellenos sanitarios y residuos sólidos, que suponen una inversión superior a los 46,000 mil millones de pesos, se procure reducir la contaminación ambiental y mejorar el ornato.

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La queja es que en Medio Ambiente, por temor u otra razón, se la ponen difícil a los inversionistas con pesados obstáculos burocráticos.

Se dice que el titular de la cartera, Miguel Ceara Hatton, quiere evitar ruidos o críticas de los ambientalistas con las licencias a los inversionistas para la construcción de unos rellenos sanitarios resaltados por el Presidente como fundamentales para eliminar los vertederos a cielo abierto.

No es que no se cumpla con los estudios ambientales, sino que se tema a la ejecución de proyectos viables y convenientes para el interés social y económico de la nación.