Ante el incremento de los homicidios y la violencia provocados por las pandillas en Haití, el Gobierno ha elaborado un plan de acción con la esperanza de restablecer el orden y la seguridad en la atribulada nación.
Los resultados están por verse, pero es claro que las autoridades tienen que buscar la manera de combatir con sus propios medios a los grupos armados.
Desde el fin de semana hasta hoy más de 200 personas han muerto a causa de las acciones de las pandillas, las que según organismos internacionales controlan la mayor parte de Puerto Príncipe, la capital.
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Solo en una masacre en represalia por un supuesto acto de brujería murieron 184 personas, en su mayoría mayores de 60 años. Ante el horror la comunidad internacional se ha limitado a hacer llamados, pero sin avanzar ningún paso concreto para detener la ola de violencia.
Los principales objetivos del plan de acción anunciado por el Gobierno son erradicar el bandidaje y la delincuencia en todas sus formas, restablecer un clima de paz y estabilidad en todo el país y garantizar la libre circulación de personas y mercancías, especialmente en las zonas críticas, incluida la región metropolitana de Puerto Príncipe.
Frente a la incapacidad de las tropas internacionales encabezadas por Kenia para combatir a las pandillas y el desinterés de las potencias frente a la crisis, al Gobierno no le queda más alternativa que valerse de sus propios recursos para lidiar con las pandillas y tratar de frenar la violencia.