Las mallas ciclónicas colocadas debajo de los elevados para protección de los peatones y evitar la arrabalización de esos lugares, sirvieron para poco. La indiferencia de las autoridades municipales, la falta de educación de la población y las prácticas de algunos “vivos”, han convertido esos lugares en áreas de comercio, estacionamiento de vehículos y hasta de residencia para algunos indigentes.
Las verjas fueron rotas, pedazo a pedazo, al igual que la jardinería que tenían algunos. Ahora todo es mugre, basura y hasta dormitorio.
El desorden es tal, que las luminarias, bombillas y el cableado de esos espacios han sido destruidos o robados por lo que los lugares permanecen a oscuras, constituyendo un peligro para los peatones.
Las roturas de las verjas son promovidas por pequeños comerciantes que aprovechan esos espacios para instalar negocios de todo tipo, además de que no faltan los conductores desaprensivos que lo aprovechan para estacionamiento y terminales.
Esa situación ha originado que distintas personas utilicen los espacios debajo de los elevados para levantar casuchas para dormir y hacer sus necesidades fisiológicas, instalar pequeños negocios de venta de agua, alimentos, de prendas de vestir y accesorios.
En algunos lugares, como debajo del elevado de la calle París con Abreu, choferes del transporte público han tomado el área como terminal de autobuses y carros del concho, impidiendo el paso de los peatones y de otros vehículos que cruzan por el lugar.
Debido a esas horribles condiciones, de enfermos mentales, discapacitados, indigentes, niños y ancianos sin domicilio, viven debajo de los elevados en medio de las inmundicias, de sus propios orines y heces fecales, y rodeados de basura, según pudieron comprobar periodistas de El Nacional.
El cúmulo de basura se debe a que los camiones recogedores de los deshechos no tienen esos lugares en sus rutas diarias bajo el supuesto de que allí no debe haber desperdicios por ser un lugar no habitable.
Las mallas ciclónicas fueron colocadas en las áreas donde se sustentan los elevados, para evitar que las bases de las obras fuesen afectadas.
Lugares afectados
La falta de la malla ciclónica se observa en el elevado de la avenida 27 de Febrero, desde la avenida Leopoldo Navarro, hasta la calle Yolanda Guzmán; en los elevados de la avenida John F. Kennedy en las intersecciones con las avenidas Máximo Gómez, y Abraham Lincoln, y en el kilómetro Nueve de la autopista Duarte.
Las mallas han sido derribadas por vehículos envueltos en accidentes de tránsito, especialmente por camiones y otros vehículos pesados.
También han sido derribadas intencionalmente por personas que se apropian de cualquier tipo de metal para venderlo como chatarra y por personas que desean penetrar a los espacios debajo de los elevados.
En algunos lugares los ocupantes de los espacios públicos debajo de los elevados conviven con perros callejeros a los que alimentan generalmente de desperdicios.
La presencia de personas en los espacios de los elevados causa deterioro en las bases de los mismos, debido a que poco a poco corroen los cimientos.
Además, afean y contaminan los entornos donde están ubicados provocando situaciones preocupantes de insalubridad y de inseguridad entre las personas que circulan por esos lugares.
En la avenida 27 de Febrero con Leopoldo Navarro, varias personas han instalado negocios de venta de frutas y comidas en el área destinada a los peatones.
Mientras que en los elevados de la calle París, entre la calle Yolanda Guzmán y José Martí, han sido instalados negocios de distintos tipos los cuales van desde frituras y hasta pequeñas tiendas de gorras, teléfonos celulares, discos compactos, plásticos y otros artículos.
En esa zona muchos de los cruces peatonales, ubicado debajo del elevado, son ocupados por motoconchistas que se erstacionan en esos lugares a esperar clientes.
Responsables
Periodistas de El Nacional trataron de establecer qué autoridad es la responsable de preservar los espacios públicos debajo de los elevados de Santo Domingo.
En el cabildo del Distrito Nacional se informó que era el Ministerio de Obras Públicas, pero allí se informó que esa cartera los construye, pero el encargado de preservarlos y asearlos era el ayuntamiento.
En el Ministerio de Obras Públicas se informó que los cabildos son los responsables de administrar las ciudades y los municipios y que corresponde a ellos preservar esos espacios.
De modo que el problema aumenta, mientras la bola sigue corriendo.
UN APUNTE
La alcaldía
El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha mostrado desinterés en rescatar los espacios públicos debajo de los elevados, así como en los pasos peatonales, instalan negocios que obstaculizan el libre paso de las personas y reduce la seguridad
EL DATO
Decenas de excluídos sociales
Son los ocupantes de las áreas existentes debajo de los elevados de Santo Domingo.
Mientras otros “vivos” aprovechan esos espacios para hacer negocios y obtener grandes beneficios sin pagar local, servicios ni impuestos al Estado.