Los valores humanos son los que dan forma y soporte a la convivencia, con permanente afianzamiento de lo correcto y lo legal, se han ido invirtiendo y desapareciendo, particularmente en la República Dominicana, al experimentar una estrepitosa variación. En ese perjudicial hecho y vergonzosa práctica se vincula el binomio politiquería y ambición de poder.
Tanto ha afectado este binomio a esta nación que un alto porcentaje de la población no cree en los partidos políticos ni en su dirigencia, siendo la corrupción, los privilegios, el crimen y la impunidad, cuatro temas de los que más daño han hecho a la sociedad, por ello, miles y miles de ciudadanos /as creen que los partidos han perjudicado a este país.
Asimismo, ser honesto y honrado se ha cambiado por deshonesto y deshonrado. Por ejemplo, ser ladrón de nivel superior es meritorio, y se exhibe como una actitud humana y académica para sustraer lo ajeno y hacerse pudiente.
El irrespeto se manifiesta por doquier entre ciudadanos, contra autoridades, padres contra hijos y viceversa. La irresponsabilidad se ha cotidianizado en todos los niveles y campos de acción. El amor se ha tergiversado y comercializado tanto, que personas de lenguaje bastardo y conciencia volátil promocionan el sexo como sinónimo de amor, aumentando la confusión entre adolescentes y jóvenes. Así, a un hombre que viola sexualmente una niña o una mujer, se le suele decir que le hizo el amor.
El honor va del descrédito a la decadencia debido al mal uso dado por autoridades de mando que lo pervirtieron con acciones descomedidas, como lo hemos percibido en los poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
La verdad se está cambiando por la mentira, causando dudas e inseguridad. Somos escépticos en todo y con todos salvo excepciones muy probadas y paradigmáticas. La democracia, considerada gemela de la libertad, no se practica realmente, se manipula según circunstancias convenientes para alguien o para algo, como ha ocurrido en el Congreso Nacional que debiera ser modelo de prácticas democráticas.
Como este puñado de valores hay una amplia gama como la vergüenza, solidaridad, perseverancia etc., que deben ser reconsiderados en ocasión de autoridades con vocación de una mejor convivencia entre todos los hijos/as de esta tierra.
Lic. Santiago Martínez