POR: Juan Luis Séliman Haza
“La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte». Juan Pablo II.-
Karol Jozef Wojtila, nació en Wadowice, Polonia el 18 de Mayo de 1920 y falleció en Ciudad del Vaticano el 2 de Abril de 2005, siendo el Papa número 264 de la Iglesia Católica, y ocupando la Silla de Pedro desde el 16 de Octubre de 1978 hasta su muerte.-
Su sucesor, el Cardenal alemán Josef Ratzinger, hoy Papa Emérito Benedicto XVI, otorgo apenas veintiséis días después de fallecer Juan Pablo II, el día 28 de Abril de ese año, la misma “dispensa” que hubo de otorgarse en su momento a la Madre Teresa de Calcuta, a fin de obviar el requisito de tener que esperar cinco años después del fallecimiento de una persona, para poder iniciar el proceso de su Beatificación de acuerdo al derecho canónico.-
El grito aquel “Santo Súbito” (Santo ya) que hizo remover los cimientos de la Plaza de San Pedro, al declarar el Cardenal Camarlengo Eduardo Martinez Somalo, oficialmente muerto al Papa viajero, había sido escuchado.-
Hace apenas unas semanas que el Papa Francisco hizo el anuncio de la fecha de la Canonización del Beato Juan Pablo II junto a Juan XXIII, en una ceremonia conjunta que ha sido realizada por todo lo alto el domingo 27 de Abril, y en el mundo Católico hay celebración.-
El Papa Juan Pablo II dejo una huella profunda en la civilización moderna, un sello indeleble en la humanidad, llevo su mensaje de amor con claridad y firmeza hasta los rincones más apartados de la tierra, una y otra vez, y sufrió por el mundo, pero logro cambios trascendentes, pues con la valiente mansedumbre que le caracterizó en la salud y en la enfermedad, hizo girar hacia el bien las actitudes de los más poderosos de la tierra, y cumplió con su cometido haciendo milagros.-
Juan Pablo II fue derechito a los altares, siempre tuvo cara de Santo.-

