Opinión QUINTAESENCIA

Justicia y sociedad

Justicia y sociedad

Rafael Ciprián

La justicia es a la sociedad lo que el oxígeno es a los seres vivos. Sin oxígeno ningún ser vivo, sea del género animal o del vegetal o del que fuere, puede seguir viviendo. Incluimos en el primer grupo al engreído ser humano, que torpe y egocéntricamente se cree el único sujeto racional en el Universo.

Ciertamente, así es. Tampoco la sociedad puede existir sin justicia o no se considera como tal en los tiempos que vivimos. Es excluida del concierto de los países que se autodenominan civilizados.

Más aún, sin justicia la sociedad no se aprecia como democrática. Y todos los países del mundo, sin importar el tipo o forma de gobierno que tengan, se definen como democráticos. Y para fundamentar este criterio plantean que dentro de sus particularidades, producto de su realidad concreta, ellos tienen la democracia que les corresponde.
Como ejemplo actual de esa realidad, ahí tenemos, por una parte, a Cuba, a Venezuela y a Nicaragua, para solo mencionar los tres países latinoamericanos más excluidos de la lista de democráticos de los que se creen policías y jueces de última instancia del mundo.

O, por la otra parte, a Rusia, a China, a Corea del Norte, en Europa y en Asia, si queremos echar un vistazo a los antagonistas principales de Estados Unidos de América, bajo su prisma de calificadores universales.

Países como Inglaterra y España, por sólo mencionar un par en el Viejo Mundo, tienen monarquías, pero se auto aprecian como democráticos. Y enrostran sus parlamentos, elecciones y sistemas de gobiernos como prueba.

Ni hablar de los países del Medio Oriente, como Irán, Pakistán, Iraq, Turquía, India, Egipto y demás flores aromáticas del mundo musulmán e islámico. Ellos también entienden que viven bajo su justicia. Y la ven como más justa que la de Occidente.

En efecto, todos coincidimos que sin justicia no hay sociedad civilizada ni democrática. Recordemos a George Washington, primer presidente estadounidense, cuando precisó que la sociedad sin justicia no es democrática. Y tuvo toda la razón.

La justicia, conforme a Ulpiano, es dar a cada uno lo que le corresponde. Y la sociedad es la nación económica, social y políticamente organizada en el instrumento que conocemos como Estado.

En virtud de que la sociedad se ha tornado muy amplia, la justicia se manifiesta con un complejo aparato que en la mayoría de los países se denomina Poder Judicial. Este se encarga de aplicar el sistema jurídico o conjunto de normas constitucionales, legales y reglamentarias de rigor.

Y para eso cuenta con un conjunto de hombres y mujeres que en su rol de jueces dicen el derecho, si protegen efectivamente los derechos fundamentales, o aplican la justicia al interpretar lo que supuestamente dicen las normas. Lo demás, es crítica.