Las hermana Glenda salió a escena en el repleto Palacio de los Deportes y de inmediato todo cambio.
Su voz, igual a como deben cantar los ángeles, llenó el espacio y en cada uno de los presentes dejó de existir todo lo demás. Solo eran ella, su guitarra y la voz que parecía salirle del alma, suave, pausada adoctrinadora.
Fue suficiente escucharla, para dejar de lado los incómodos tropiezos para poder verla, desde un staff que no sabía cómo se llegaba al área de prensa, hasta el camarógrafo de una de las emisoras o canales cristianos que se negaba a que esta reportera se quedara en el área de prensa, porque él estaba grabando y habían muchos alambres. Glenda se adueño del escenario solo adornado por telas blancas que simulaban cielos y soles, como escenografía, mientras la acogían en el centro con su silla y su guitarra.
Su voz puso música a muchos de los textos bíblicos dando vida así a su concierto Orar con el corazón, en el que interpretó temas de su nuevo disco y varios de sus otras producciones. La cantante chilena invitó a través de sus doctrinas y canciones, a aprender a escuchar a Dios, dejando la sordera que impide que él le hable a las personas. Siguió invitando, pero esta vez a dejar la ceguera y comenzar a ver las cosas divinas, a ver a Dios para poder tenerlo en tu corazón. Cantó con el alma poniendo música a versículos de San Pablo, entre otros muchos. La misionera habló de la crisis del mundo y exhortó a las familias a agarrarse de Dios, porque éste no deja solo a nadie. Dejó la mejor enseñanza del amor, reseñando que quien ama no te cree de su propiedad y si se ama le das tu amor a todo el mundo, aún a tus enemigos.
Habló suave sobre aspectos de la vida cotidiana, contó sus anécdotas de vida y fe, e invitó a orar tomados de la mano, para entregarse a Cristo. Se despidió dejando un vacío inmenso y una vez más sus huellas de fe.
SU CONTRAPARTE
Noel Reyes hizo de contraparte de la hermana Glenda, logrando un excelente trabajo en escena con la mejor respuesta del público que se paró, bailó y coreó los cinco temas que interpretó en una noche que además fue su cumpleaños. Uno de los momentos más emocionantes del concierto, fue la entrada de un joven en una excelente representación de Jesús. Impecable, este Jesús que paró los pelos a todo el mundo, caminó entre el público, mientras era seguido por una luz que lo rodeaba y predicaba entre la gente. Una cosa importante, Un cántico Señor, Alfarero, Nada es imposible para tí y No soy digno de ti, entre otros temas, conformaron el repertorio de la Hermana Glenda.