Editorial Opinión

La hora de los hornos

La hora de los hornos

El Consejo de Ministros de Haití habría autorizado al primer ministro, Ariel Henry, a “solicitar y obtener” de los socios internacionales “apoyo efectivo para el despliegue inmediato de una fuerza armada especializada, en cantidad suficiente para poner fin  en todo el territorio nacional la crisis humanitaria”.

Esa versión fue divulgada ayer por el diario oficial haitiano Le Moniteur, que también reveló que el propósito de esa acción sería  hacer frente a la inseguridad resultante  de las acciones delictivas de las bandas armadas” y a la “la grave situación que vive el país en todos los ámbitos, incluida la reaparición  del cólera.

El gobierno de Estados Unidos ha confirmado que  Haití  ha solicitado ayuda internacional, pero el vocero de la Casa Blanca se refirió específicamente al pedido de Puerto Príncipe de establecer un corredor humanitario para restablecer el suministro de combustible.

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El vocero del Departamento de Estado, Vadel Patel, dijo que Estados Unidos coordina con el primer ministro Henry y otros socios internacionales para determinar qué tipo de ayuda puede brindar  a Haití, aunque no se refirió al requerimiento de una intervención militar. Se ha dicho que el Consejo de Ministros de Haití acordó requerir el auxilio de una fuerza militar internacional alarmado por el riesgo de una crisis humanitaria mayor debido al resurgimiento del cólera y al deterioro  acelerado de la situación de inseguridad.

La policía haitiana fracasó  en un intento por desalojar a las bandas armadas que tienen control del principal centro de almacenamiento de combustible, a lo que se atribuye la decisión del gobierno de solicitar ayuda internacional, aunque  señalada como para instalar un “corredor humanitario” que  requeriría desalojar por la fuerza a esos los grupos  irregulares.

Debería  admitirse que la crisis  haitiana  ha tocado fondo, pero también que  corresponde al gobierno haitiano  solicitar  a  sus “socios internacionales” el tipo de ayuda que se requiere para reencauzar a ese país por sendero del orden, seguridad, institucionalidad y recuperación económica.

Es claro que el gobierno dominicano tiene vedado cualquier tipo de consideración respecto a la solicitud de intervención militar que habría  aprobado el Consejo de Ministros  de Haití, que no sea  el de abogar  para que cualquier vía de auxilio al vecino  se acoja  al derecho internacional y cuente siempre con la anuencia y de las instancias legítimas que hoy representan al Estado haitiano,  sin que ninguna de las recetas  considerada  afecte los intereses los intereses de República Dominicana.

El Nacional

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