Danilo Medina promete sustituir por integración social la política de mano dura; pero declara que tiene más luces que sombras un gobierno que colocó en la jefatura de la Policía Nacional al represivo y sanguinario Rafael Guillermo Guzmán Fermín y luego lo sustituyó por José Armando Polanco Gómez, quien también aplica de facto la pena de muerte.
Hipólito Mejía dice que es inaceptable el reciente paquete impositivo, pero está de acuerdo con la aplicación de la política fondomonetarista. De las ejecuciones extrajudiciales, poco puede decir, pues cuando fue presidente premió a Pedro De Jesús Candelier, a quien ratificó en la jefatura de la Policía diciendo que durante el gobierno de Leonel Fernández había realizado una bonita gestión.
Hipólito Mejía y Danilo Medina han convertido la campaña en un festival de promesas; pero el inocultable compromiso de ambos con el sistema convierte esas promesas en palabrería.
Danilo Medina, el gris candidato del Partido de la Liberación Dominicana, asume la defensa del gobierno. Y mientras la Policía aplica de facto la pena de muerte, y suben de precio los bienes y servicios esenciales, él posa junto a Leonel Fernández en una reunión con el canciller Carlos Morales Troncoso y el gerente del Banco Nacional de la Vivienda, Federico Antún Batlle, para renovar el contrato de alquiler del despedazado Partido Reformista Social Cristiano, que se paga con recursos del Estado. ¿No invalida eso toda promesa de cambio?
Hipólito Mejía busca el apoyo de los grupos más conservadores para hacer mejor oferta al PRSC.
El PRSC podría postular un candidato, alquilar las siglas o colocar cada pedazo en una boleta; pero nada cambia con ello. Es otro símbolo del abuso y la injusticia.
Hipólito Mejía, Danilo Medina y quienes completen el cuadro de actores del serial que deberá concluir el 20 de mayo próximo, no sólo por omisión son responsables de la actual situación, son verdaderos agentes del autoritarismo, que tiene como elementos definitorios la corrupción y el abuso.