POR: Hugo A. Ysalguez
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La reintegración de dirigentes y militantes a las actividades organizativas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) apuntan a la reunificación de la familia perredeísta, con miras a cohesionar a esa entidad para tener una participación airosa en los próximos comicios.
La iniciativa conjunta del diputado David Collado y del presidente del Comité del Distrito del PRD, Alfredo Pacheco, de no enfrascarse en una lucha por la nominación a la alcaldía del Distrito Nacional y lograr que sólo uno de ellos encabece la boleta electoral, es un indicativo del incremento de la fortaleza del partido blanco.
Muchos dirigentes a nivel nacional, se están integrando a los trabajos de las próximas convenciones que celebrará la organización opositora, a los fines de alcanzar el poder en las elecciones del 2016. La unidad de la membresía del PRD, es la única garantía para tener posibilidades de triunfo.
Hace unos meses, los diputados del bloque del PRD dieron el primer paso para la conciliación, cuando se reunieron en la Casa Nacional y escogieron, sin ningún incidente, al vocero de la agrupación en la cámara baja. Los congresistas dieron una muestra fechaciente sobre la necesidad de lograr una unidad incuestionable.
Las fricciones internas en el PRD han causado laceraciones entre personas de fuertes lazos afectivos. La dialéctica nos enseña que nada es estático en la vida y que existe una constante mutación, lo que abre la puerta de la esperanza para subsanar los diferendos.
Es un hecho incontestable, que en el país existe más de un millón de perredeístas silvestres, que no dejarían de votar blanco en el venidero torneo electoral, pues está muy enraizado un sentimiento tradicional hacia el partido de José Francisco Peña Gómez.
Sin tener pretensiones de oráculo, veremos la bandera blanca ondeando en todos los rincones del país, con la decisión inquebrantable de ganar la contienda electoral. Asimismo, algunas fisuras existentes van a desaparecer en el devenir de los días.