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Latinoamérica región estratégica para la economía del mundo

Latinoamérica región estratégica para la economía del mundo

Nuestra región es un crisol gigantesco en el cual se han forjado naciones de diversos orígenes y características. Nos afanamos en tener lo mejor de muchos: innumerables aportaciones de nobles culturas aborígenes, la gran civilización ibérica,  la herencia africana y los ideales europeos de libertad y justicia para todos. 

Así es nuestra América Latina.  Y,  a pesar de nuestras diferencias, perseguimos ciertos objetivos que compartimos. El crecimiento económico, la estabilidad política y la democracia.

Hemos presenciado la formación de agrupaciones económicas regionales y subregionales  como la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio y otras en América Central,  el Caribe y la región andina. 

Cada vez son más los programas transnacionales conjuntos para la industria,  minería, energía y agricultura.

La senda histórica de Iberoamérica se ve con claridad en la región,  que es esencialmente democrática y pacífica. 

La Iglesia, lo mismo que las fuerzas armadas, los intelectuales,  los periodistas,  los profesionales y los estudiantes  forman parte de la estructura institucional de la región.

Todo segmento de la vida de una nación debe participar en el mejoramiento del conjunto.  En general, la Iglesia ha contribuido extraordinariamente a la civilización, al saber de nuestro hemisferio y a nuestro bienestar político, económico y social.

Por tanto,  Bolivia, Ecuador, México, Trinidad y Tobago, y Venezuela, disponen de petróleo en cantidad suficiente.  Lo que significa virtualmente toda su energía. 

Por ese motivo,  el aumento en los precios del petróleo ha afectado a Iberoamérica con más severidad que a cualquier otra parte del mundo.  El ochenta por ciento de la población de la región depende del petróleo y el gas para obtener su energía.

La fuerza hidroeléctrica ha estado ocupando un ámbito creciente en toda la región,  pero deben buscarse opciones para evitar el agotamiento de nuestros recursos hidroeléctricos. 

Tampoco podemos soslayar, los sectores nucleares pequeños y medianos. Igualmente Colombia, Chile, México y Venezuela participan en programas de gasificación y coquización (carbón poroso, residuo de la calcinación de la hulla en la fabricación de gas).

De otro lado,  el problema de la población es grave en algunos países,  pero no en otros.  Donde existe el inconveniente de la sobrepoblación se hace necesaria la educación acerca de ese hecho.  Pero,  las decisiones que afectan la vida de una sociedad las debe abrazar la sociedad misma a nivel  nacional.  Esas decisiones no son internacionales,  son justamente autodeterminantes.

No pueden imponerse las soluciones desde el exterior, porque no serían estables, con mayor participación de la gente en la solución de los problemas se es más afectivo. 

Con ello, especialmente, mayor progreso hacia la independencia regional -política, cultural, social y económica- en toda América. 

Poseemos la mayor porción de material virgen y de recursos de energía y agricultura que existe en el mundo. 

Hemos contemplado el adelanto fenomenal que los europeos han alcanzado.  ¡No hay motivo alguno por el que los pueblos de América no puedan lograr lo mismo!  Al mismo tiempo, ¡desarrollo y progreso continuados!

El autor es periodista, analista social y geopolitólogo.

Por: Maguá Moquete Paredes (maguamoqueteparedes@gmail.com)

El Nacional

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