El espejo es un elemento imprescindible en nuestras casas, pero no es un secreto que a la hora de elegirlo y ubicarlo en su espacio, lo único que solemos pensar es dónde lo necesitaremos para poder vernos perfectamente.

Pero en los últimos años, además de ser un objeto para ver nuestra imagen, el espejo se ha convertido en un elemento importante en la decoración de las casas, aportando luz y elegancia en los espacios donde se coloque de manera estratégica.
Prácticos, fáciles de encontrar y siempre a la moda, los espejos, al decir de varios expertos en decoración, ubicados en salas pequeñas y no muy iluminadas, multiplican la luz y dan la sensación de amplitud del espacio.

La web umadecoración.com aporta que deberemos tener muy en cuenta lo que se refleja en los espejos y tratar de ubicarlo en un espacio en que el reflejo sea interesante o atractivo, por ejemplo, una ventana que nos muestre el paisaje y potencie la luz o en una pared en la que potencie la amplitud del espacio.

Explica además que otra opción para potenciar la profundidad es convertir los espejos en “trampantojos” haciendo que simulen puertas y ventanas con la idea de generar sensación de continuidad en los espacios.

Aunque antes parecería una exageración, hoy en día son bellísimas las paredes decoradas con espejos a modo de colección.
El resultado puede ser muy chic si escoges modelos que sigan alguna característica común aunque varíen otras de sus características.

Pueden por ejemplo ser dorados, cuadrados, o simplemente jugar con los tamaños para que exista ese juego de contrastes que buscamos en una composición.