Editorial

Más claro ni el agua

Más claro ni el agua

Cuando el presidente Luis Abinader explicaba ayer en el Palacio Nacional que las medidas de restricción migratoria anunciadas por el Gobierno procuran evitar el ingreso de bandas haitianas al territorio nacional, desde Haití se informó que un grupo de vándalos destruyó un hospital en busca de rematar a un paciente.
El mandatario dijo que la decisión de pausar de manera indefinida el programa especial de visados para estudiantes haitianos en República Dominicana no representa ningún problema para los beneficiarios, pero dijo que no habrá una revisión automática.

A lo que se refiere el Presidente es a la necesidad de “chequear que aquí no entre nadie de banda, ni que estén ligados a otros sectores camuflados”, tras advertir que la dominicana es una sociedad organizada. Más claro ni el agua.
Del señalamiento presidencial se desprende que los cónsules dominicanos en Haití recibirían instrucciones para revisar con mayor cuidado las solicitudes de visados, porque lo que ha ocurrido desde hace muchos años es que ese documento se vende como pan caliente.

Ante el deterioro político e institucional en Haití, el Presidente se maneja en dos frentes: el diplomático, a través del cual reclama de la comunidad internacional acudir en ayuda de ese país, y en el ámbito interno, con aplicación de medidas puntuales para evitar que un posible estallido social en el lado vecino provoque una estampida migratoria.

Las destempladas afirmaciones del canciller de Haití, Claude Joseph, de que República Dominicana también padece auge de la criminalidad, por lo que los gobiernos de la isla deberían trabajar en conjunto para conjurarla, forman parte de un discurso muy recurrente entre el liderazgo haitiano de hostilidad contra su vecino.

A eso se debe la advertencia del Presidente, de que el país no es ni será jamás parte de la solución al problema haitiano, y su señalamiento de que ante una disyuntiva de escoger entre comercio con Haití o preservar la seguridad nacional, escogería la última opción.

Alivia saber que el primer ministro Ariel Henry expresó al presidente Abinader su deseos de mejorar las relaciones entre ambos países, aunque es menester que toda la sociedad respalde y aliente al jefe de Estado en todo lo que hace y debe hacer para librar a República Dominicana de pesares que no merece ni tiene por qué merecer.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación