A Payton Pritchard no le importa mucho cómo luce su línea en la hoja de estadísticas, que es una de las muchas cosas que lo hacen querer por Joe Mazzulla y los Boston Celtics.

Fue enviado al Juego 2 de las Finales de la NBA con 3,3 segundos restantes en el tercer cuarto, con una misión: anotar un triple desesperado antes de que se acabe el tiempo. Es un tiro de bajo porcentaje y no es ningún secreto que muchos jugadores de la NBA no lo harán porque puede dañar sus estadísticas.

Pritchard los acepta felizmente. Y esta vez funcionó. Un tiro de 34 pies, del logo de las Finales justo dentro de la franja media de la cancha, rebotó en el tablero y tomó una ventaja de nueve puntos al comenzar el último cuarto. Fueron los únicos tres puntos de Pritchard en el Juego 2 y fueron una parte inolvidable de la victoria de Boston por 105-98 sobre los Dallas Mavericks.

«Creo que el juego del partido no puede pasar desapercibido, la humildad de nuestro equipo, es el tiro de Payton al final del cuarto», dijo Mazzulla, el entrenador de los Celtics. “Ves a muchachos en toda la liga dejar pasar ese tiro o fingir como si quisieran realizarlo, para que sus números no se estropeen. Se enorgullece de lograrlo, y eso es ganar baloncesto”.

La jugada fue la que los Celtics convocaron para Pritchard. Atrapó el pase dentro del campo mientras tomaba fuerza, hizo tres regateos, se detuvo justo a tiempo y lo dejó volar. Entró, comenzó a saltar como un loco y una multitud con entradas agotadas en el TD Garden hizo lo mismo.

«La energía que aporta Payton, el simple hecho de tener el (coraje) para realizar ese tiro… definitivamente fue un impulso de confianza», dijo Jrue Holiday.

Por: TIM REYNOLDS