En plena ofensiva contra el tráfico fue capturada una embarcación con alrededor de 1.5 toneladas de cocaína y tres de los ocupantes, dos colombianos y un dominicano, detenidos durante el operativo efectuado por fuerzas nacionales y estadounidenses.

Con la frustrada tentativa cobra más importancia la alianza entre República Dominicana y Estados Unidos para combatir la poderosa estructura del crimen organizado. Podía darse por descontado que el narco buscaría la manera de rediseñar sus operaciones, pero sorprende que no esperara siquiera que la atmósfera se disipara para plantar su desafío.

Unidades de la DEA, la DNCD y otros organismos intervinieron para capturar en las costas de Baní el cargamento que entraría al territorio como puente para reembarcarse. Al parecer al crimen organizado le da tres pitos que Estados Unidos utilice los aeropuertos de San Isidro y de las Américas o el programa «Lanza del Sur» en la persecución del narcotráfico.

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Desde hace tiempo ha llamado mucho la atención que pese a los sucesivos y contundentes golpes que representan los grandes decomisos el narcotráfico ni siquiera se amilana en su bombardeo de cocaína a República Dominicana.