El Gobierno no puede coger y dejar o dar una lectura acomodaticia al informe de Estados Unidos sobre el clima de inversiones en República Dominicana.

Hay escollos relacionados con la burocracia que tienen que superarse para hacer más atractivo el panorama para los inversionistas internacionales.

Con un déficit institucional de tanto calado como el que se ha vivido en el país se comprende que no sea tan simple establecer unas reglas de juego en el menor tiempo que satisfagan las expectativas de los inversionistas.

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Pero una buena lectura del informe indica que la tarea tiene que abordarse. Estados Unidos dice que los inversores se quejan de la falta de reglas claras y estandarizadas para competir, así como de la falta de aplicación de las existentes.

Reconoce que en los últimos tres años ha habido una reducción de la corrupción administrativa y que el presidente Luis Abinader realiza un gran esfuerzo en materia de transparencia, pero advierte que las irregularidades aún persisten.

El Gobierno no tiene que precipitarse con decisiones desesperadas, pero está obligado, eso sí, a analizar bien el informe para tomar las medidas de lugar.