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Nuevo rostro del cine dominicano

Nuevo rostro del cine dominicano

El cine dominicano ha comenzado a definir un rostro nuevo. No es un fenómeno del momento. Inició un proceso de ascenso en su calidad hace diez años. Las entregas más notables de ese nuevo cine son:

* Papi. (Noelia Quintero) Producida por Rafael Elías Muñoz. Adaptación al cine de una novela de Rita Indiana.
* Liborio. (Nino Martínez Sosa) Parte de la figura histórica de Olivorio Mateo y su legado mesiánico en San Juan de la Maguana.
* Jean Gentil y Dólares de Arena (Laura Amelia Guzmán & Israel Cárdenas), pareja de un talento fuera de toda lo promedio que ha generado algunas de las producciones de mayor calidad cinematográfica.
* Carpinteros y El Proyeccionista (José María Cabral) Un director joven de clase superior como gestor de proyectos que establecen precedentes.
* La hija natural (Leticia Tonos), magnífica presentación de cartas credenciales de la mejor directora en solitario del cine dominicano.
* Mis 500 locos. Adaptada y dirigida por Leticia Tonos, es uno de los proyectos de cine más representativos.
* La familia Reyna (Danilo Reynoso), un drama familiar presentado con un sabor válido en cualquier otra sociedad rural, concebido con inteligencia y sensibilidad, es uno de los hitos del cine local.
* Mosh. (Juan Antonio Bisonó), un proyecto que se regodea en la tradición mágico religiosa, logrando un acercamiento respetuoso y vital al fenómeno social y religioso.
* Candela. (Andrés Farías), sobre novela homónima de Rey Andújar, pinta que habrá de transformar el panorámico actual del cine criollo.
* Malpaso. Héctor Manuel Valdez logra con esta historia en un impecable blanco y negro, uno de los proyectos cimeros que lideran la vanguardia audiovisual de nuestra industria.
* Cocote. Nelson Carlo de los Santos estableció en 2018-2019, ganadora del Leopardo de Oro del Festival de Locarno 2018 y logrando de la Asociación Dominicana de Prensa y Crítica Cinematográfica, el premio que la designa como la película más importante de la historia del maestro cine.
*La Gunguna. Ernesto Alemany logró con este proyecto un cine de calidad global, basado en el cuento de Miguel Yarull.
* Veneno, primera caída (Tabaré Blanchard), uno de los mayores esfuerzos en reconstrucción de época.
* Reimbou. David Maler y un director español llevaron a pantalla esta historia de postguerra con la mejor actuación infantil del cine nacional.
Documentales
* Isla de plástico (José María Cabral y Nashla Bogaert), un proyecto de una responsabilidad social fuerte y firme, bien estructurado y con tomas que revelan un trabajo a fondo. Presentable en cualquier país del mundo o en cualquier canal internacional de documentales.
* Santo Domingo. Documental de José Enrique Pintor y Huchi Lora que evidenció la capacidad artística y técnica para producir una obra de gran formato, cuidada al extremo.
* Motel. (Alan Nadal Piantini y 10 directores jóvenes más), notable proyecto que abre el cine de producción.
* La Montaña. (Tabaré Blanchard & Iván Herrera). Fue el mejor documental dominicano hasta su salida. Extraordinario registro de la misión dominicana al Everest.

Mosh, de Juan Antonio Bisonó, es un proyecto
de cine sobre la tradición mágico religiosa