La procuradora Yeni Berenice Reynoso aporta más pólvora al cóctel de la Operación Falcón al involucrar a más legisladores, sin identificarlos, con el tsunami político.

Aunque las intenciones no sean manchar reputaciones ni ganar protagonismo es aconsejable tratar el caso con la debida prudencia.

Consciente de la realidad que ha acompañado los grandes escándalos que han sacudido el país, la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, hizo bien en advertir que en el caso no se actuará con ligereza, señalando nombres de personas.

Amén de que debe respetarse la presunción de inocencia, ha de tenerse en cuenta que no todas las relaciones con alguno de los imputados comprometen a nadie con sus acciones. La advertencia de Germán Brito debe servir para evitar declaraciones alegres que suelen generar simpatías en una opinión pública sedienta de justicia y venganza contra la corrupción.

En la cruzada en que ha caído el director de Comunidad Digna, Juan Maldonado, y se han mencionado los nombres de diputados fuentes de la investigación han dado cuenta de la incautación de propiedades valoradas en más de 50 mil millones de pesos.

Sin embargo será siempre muy suspicaz que los supuestos cabecillas del entramado de narcotráfico y lavado de activos no hayan caído en los múltiples allanamientos que se han realizado. En la saludable lucha contra la corrupción son las pruebas y no las declaraciones las que tienen que sustentar la acusación.