Por RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@hotmail.com.-
El doctor Julio Hazim, profesional de la medicina y experimentado comentarista de televisión, refería recientemente algo relativo al Gobierno y al Partido Revolucionario Moderno y dijo algo como esto: “No mencionan a Concepción porque es un ruyío”.
A esta columna no interesa el contenido político ni el valor noticioso de la expresión, sino la arista lexicográfica, enfocada en el vocablo /ruyío/, empleado en ese contexto como sustantivo para describir a una persona de deficiente economía y escaso desarrollo social.
Ruyío funciona como sustantivo (Eran todos unos ruyíos y ahora son millonarios) y también como adjetivo (Se casó con un hombre ruyío).
En ese uso lingüístico incide más de una desviación idiomática. Todo inicia con la corruptela del verbo roer que el hablante de escasa escolaridad cambió a /ruyir/. De ahí expresiones como: El ratón ruye hasta la ropa. Guardaba su dinero en un cajón y los ratones se lo ruyeron.
El participio de ese verbo, de factura dominicana, ha de ser “ruyido”. Tenemos entonces la segunda corruptela: es muy propio del habla dominicana la supresión de la –d en los participios (cansao, cansado; comío, comido; vestío, vestido). Ocurre incluso en sustantivos con esa terminación (candao, candado; deo, dedo, peo, pedo, metío, metido).
Ruyío o ruyido se emplean en sustitución de roído, un adjetivo formado a partir del participio del verbo roer. Como participio, sirve para formar el pasado compuesto: Un bicho ha roído la sábana. Los conejos han roído la siembra. Como adjetivo, roído se aproxima semánticamente a corto, despreciable.
El Diccionario académico reserva para roer el siguiente significado: dicho de un animal, cortar con los dientes u otros órganos bucales los alimentos. / Quitar poco a poco con los dientes a un hueso la carne que le quedó pegada.
De este verbo tenemos el adjetivo roedor (que roe). También significa que conmueve, punza o agita el ánimo. Roedor es también el nombre de una orden de mamíferos caracterizados por la acción de roer. Recordemos la conjugación del verbo roer. Presente del indicativo: yo roo, roigo o royo, tú roes, él roe, nosotros roemos, roéis, ellos roen.
Ejemplo
a) Yo roo (roigo o royo) lo que sea, dijo la rata.
b) Tú roes y jodes, le dijo el hombre.
c) La polilla también roe, contestó la rata.
d) Algunos hombres roen más que nosotras.
El modo subjuntivo llama la atención. Vea usted: Yo roa, roiga o roya, tú roas, roigas o roya, él roa, roiga o roya.
Ejemplo: Quieren que yo roa, a ti no te piden que roas; prefiero que Herrera roa.
El gerundio de roer es royendo. Ej. Las polillas están royendo todo. El participio es roído.
Ej: Todo ha sido roído.
Note el parecido entre el gerundio de roer (royendo) y el de ruyir (ruyendo).
Es obvio que del verbo roer es que algunos hablantes han sacado el verbo “ruyir”, cuyo participio viene siendo “ruyío” o “ruyido”, y como adjetivo muy empleado –lo expresamos antes- para referirse a la condición económica de una persona, cuando ésta es lamentable.
Lo que antes era un “descricajado”, “descacarado” o un “jodío”.
El Diccionario del español dominicano ha incorporado este término escrito con –ll en vez –y:
Rullido. Adjetivo y sustantivo. Referido a persona, en mala situación económica o de salud.
Rullir. Roer. El ratón le rulló sus mejores medias de vestir.
Me parece más aproximada a su origen la escritura con –y. Pero lo más importante es que esta corrupción del verbo roer ha dado origen a una familia de palabras propias del habla dominicana. Si los hablantes cultos, caso del doctor Hazim, lo llevan a la televisión, el vocablo refuerza su carta de presentación.