
El ministro Miguerl Ceara Hatton, el viceministro Pavel Isa ; Ramulfo Rodríguez, jefe de Gabinete y Gilberto Reynoso, del director del Gabinete del Agua, en el encuentro.
El Pacto por el Agua, que impulsa del Gobierno a través del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo y el Gabinete del Sector Agua, busca corregir las distorsiones existentes en ese sector, como por ejemplo que para producir una libra de arroz se utilizan tres mil litros de agua.
Otra de esas distorsiones es que el 60 % del agua que se produce en el país se dedica a la producción económica, siendo el 90% para riego en la agricultura y el 10% en la industria.
En el caso de la agricultura, la mayor distorsión es que el 60 % del agua que se destina a ese sector se desperdicia.
Otro hecho importante es que el 95 % de las aguas residuales se descargan sin ningún tipo de tratamiento.
En tanto que en el país existen 18 instituciones que intervienen en el sector agua, otra de las grandes distorsiones citadas en el “Diagnostico del Sector Agua aspectos críticos a considerar (2021-2036), dado a conocer a periodistas de diversos medios por las entidades que impulsan el Pacto por el Agua, a través de Miguel Ceara Hatton, Pavel Isa Contreras, Gilberto Reynoso y Ramulfo Rodríguez.
Cambio paradigma
Ceara Hatton, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, dijo en el encuentro que el Pacto por el Agua 2021-2036 implica un cambio de paradigma y de enfoque respecto al uso, aprovechamiento, protección y conservación de los recursos hídricos del país, sustentando en seis ejes estratégicos.
Se refirió a la gestión integrada e institucional del sector, como el engranaje fundamental que moviliza soluciones en el corto, mediano y largo plazo; y puntualizó una adecuada atención a la protección y conservación de los ecosistemas que constituyen la fuente fundamental del recurso hídrico en cantidad y calidad.
Las brechas hídricas
El director ejecutivo del Gabinete del Sector Agua, Gilberto Reynoso, presentó el tema “Brecha y riesgo hídrico en el territorio nacional”, en el que indicó que en la actualidad existe una falta de integración y la gestión adecuada del agua.
Reynoso también indicó que es necesario que se produzcan transformaciones radicales y el desarrollo de una nueva cultura hídrica.
“Es importante que apliquemos medidas correctivas a tiempo para evitar una escases crónica agua en el país, pues solo se tiene un 9% de capacidad de regulación en presas de los caudales, cuando que se debe tener es un 40% de aguas reguladas”, señaló.
Cuánto cuesta?
“Si comenzamos ahora, se necesitan 30 años para resolver el problema del agua”, advirtió el ministro Ceara Hattón.
El viceministro de Planificación e Inversión Pública, Pavel Isa Contreras, reveló que para ejecutar los proyectos necesarios para resolver el problema planteado en el sector agua, se requiere una inversión de no menos de ocho mil 564 millones de dólares.
Dijo que esos recursos deben aportados por el presupuesto nacional, pero también a través de financiamientos.
Al respecto, dijo que su oficina realiza las negociaciones para que el Banco Mundial apoye al país para la reforma y modernización del sector agua, en una iniciativa multifase que se extenderá por siete o 10 años con varios proyectos consecutivos, destinados al agua potable y saneamiento.
Explicó que en esta fase inicial el Banco Mundial apoyaría la rehabilitación, expansión y construcción de nuevos sistemas de agua potable, particularmente en las comunidades más carenciadas y plantas de tratamiento de aguas residuales y alcantarillados.
El proyecto que se viabiliza con el Banco Mundial tiene un énfasis particular en tema de infraestructura, en la modernización de la gestión de las “coras” (corporaciones de acueductos y alcantarillados) para convertirlas en eficientes, y va a tener un pequeño componente de reforma sectorial, precisó el viceministro Isa Contreras al enfatizar que se trata de un proyecto por resultados y que genere transformación concreta.
UN APUNTE
Boca Chica
El maestro Reynoso, al referirse al tema de la contaminación, citó un estudio de una universidad de EEUU, donde se establece que las corrientes marinas arrastran a una especie de laguna frente a Boca Chica todas las aguas residuales de la región este, de modo que un bañista en esa playa puede hacer contacto con hasta dos kilos de excrementos al penetrar a ella.