Sobresaliente, magnífica… sólo son dos de los adjetivos con que se puede calificar la fiesta que constituyó la inauguración de los Juegos Olímpicos 2024, en París y que el pasado viernes se convirtió en el mayor escenario teatral del universo, con un espectáculo de luces, voces y de realeza y proyección de los valores culturales de esa nación.

Actualmente, Francia es el país más visitado del mundo, con 100 millones de turistas en 2023. En una inédita ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos nunca vista, porque se salió del tradicional espectáculo en un estadio olímpico y el escenario central fue el famoso río Sena con el fondo de la icónica Torre Eiffel.

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Por primera vez en la historia de estos juegos los atletas, de 200 países (o sea más representaciones que la que tiene Naciones Unidas), desfilaron en embarcaciones y lo hicieron entusiasmados pese a una pertinaz llovizna y simultáneamente con un espectáculo musical extraordinario, en el que actuaron la reina del pop estadounidense Lady Gaga y la mundialmente famosa cantante canadiense Céline Dion, que interpretó el “Himno al amor”, de Edith Piaf.