Editorial Opinión

Preocupación

Preocupación

La aviación comercial  dominicana tardó 13 años en recuperar la categoría 1,  que otorga la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA)  para que  aviones con matrícula y pilotos dominicanos pudieran aterrizar en aeropuertos estadounidenses, un logro que se pondría en peligro si autoridades nacionales incumplen con requisitos de certificación de líneas y aeronaves.

El accidente de un jet de la empresa Helidosa, que se precipitó el 14 de diciembre de 2021 cerca del Aeropuerto de las Américas después de despegar de la terminal El Higüero  en el que murieron sus dos tripulantes y siete pasajeros, motivó una investigación de la FAA porque ese avión tenía matrícula   estadounidense.

A partir de ese accidente, la FAA ha dado  seguimiento más cercano a todo lo relacionado con permisos, certificaciones y otros requisitos que deben presentar aerolíneas en servicio y otras de reciente ingreso, todas las cuales  volarían a territorio de Estados Unidos.

Intervinientes en la industria de aviación local expresan preocupación por  supuestas inobservancias en las que habrían incurrido autoridades en la concesión  de licencias  a nuevas empresas, lo que también sería motivo de preocupación en la FFA.

No queda claro si los permisos otorgados por el Instituto de Aviación Civil (IDAC) a  varias  aerolíneas para operar desde y hacia República Dominicana, cumplen con todas las formalidades exigidas por la FAA de Estados Unidos, ni si  la Junta de Aviación Civil certificó que  poseen  suficiente solvencia económica.

Se ha dicho que  aviones alquilados con matrículas de otros países, son volados por pilotos dominicanos y no por  extranjeros del país  donde  el aparato está registrado, lo que se afirma viola el procedimiento de certificación de la FAA.

A partir del accidente del avión de Helidosa,  la FAA revisa más a fondo todo lo relacionado a certificaciones, licencias  y permisos otorgados por el Instituto de Aeronáutica Civil y la Junta de Aviación Civil, donde podrían aflorar inobservancias como la señalada precedentemente, así como la denuncia de que la JAC no interviene en  casos de retrasos injustificados  en que incurren líneas aéreas.

Corresponde a las entidades rectoras de la aviación civil despejar legítimas preocupaciones sobre el riesgo  de que el país sea excluido  de la categoría 1 otorgada por la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos después de 13 años de duro bregar.

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El Nacional

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