Ruptura global
Este artículo presenta un momento del ciclo de la economía mundial. Se trata de una exposición de coyuntura que permite proyectar a corto y mediano plazo el desempeño de las actividades productivas, comerciales y financieras dentro de los principales motores de la economía global.
Así, Estados Unidos no logra consolidar su proceso de recuperación tras los catastróficos efectos generados por el estallido de la llamada burbuja inmobiliaria (verano del 2007) que luego derivó en la Gran Recesión (2008-2009) que estremeció los cimientos de la economía mundial, proyectándose sus efectos hasta el día de hoy.
El crecimiento registrado en el periodo apenas alcanzó el 0,1 por ciento, muy por debajo del 2,5 por ciento proyectado por el equipo económico de la Administración Obama, a la vez que el desempleo se mantiene por encima del 6, 2 por ciento, considerado como muy elevado.
La economía norteamericana es la más grande del mundo al generar bienes y servicios por un valor superior a los 15 billones de dólares, representando más del 23 por ciento del Producto Interno Bruto (PBI) mundial, el cual ronda los 63 billones, a lo que se agrega su alta capacidad tecnológica y científica que se refleja en sus reconocidos sectores de Investigación y Desarrollo (I+D).
Datos recientes dan cuenta de que durante el año 2013 Estados Unidos fue el país que registró la mayor cantidad de patentes de invención en todo el globo terráqueo al totalizar 148 mil, muy por encima de Japón que ocupó el segundo lugar con 54 mil 200, en tanto que Alemania –el motor europeo- aportó 16 mil 700, mientras China sumó unas 7 mil patentes. Eso es un reflejo de la alta dotación científico-técnica.
Téngase en cuenta que en los últimos tres años Estados Unidos ha incrementado notablemente su capacidad de producción energética, tanto en petróleo como en gas natural mediante el llamado método de fracturación hidráulica (fracking, por su nombre en inglés) que consiste en la perforación de un pozo vertical en el cual, una vez alcanzada la profundidad deseada, se inyecta a presión agua para facilitar que el petróleo y el gas se abran paso entre las rocas.
En la UE se reconoce que la economía se encuentra afectada por serios problemas de productividad y empleo. En efecto, la Comisión Europea (que es el órgano ejecutivo del citado esquema de integración) así lo ha expresado: “La productividad de la UE está nuevamente degradándose, en comparación con los Estados Unidos, mientras el desempleo sigue siendo una realidad cotidiana para el 11% de nuestra población activa”.
¿Y qué decir de China? El crecimiento económico de China podría verse por debajo de la meta programada por el gobierno del gigante asiático al situarse por debajo del 7,4 por ciento, cuando la meta proyectada al cierre del 2014 sería del 7,5 por ciento.
Li Keqiang, primer ministro chino, no vacila en reconocer que aunque “la economía está generalmente estable y vemos cambios estructurales positivos, las presiones a la baja siguen siendo grandes y no podemos ser complacientes”.
El frágil proceso de recuperación económica que experimenta Estados Unidos más la caída de las inversiones productivas en la Unión Europea (UE) y la acentuada desaceleración de la economía de China son señales inequívocas del advenimiento de nuevos tormentos monetario-financieros a nivel global.