Desde el 19 de abril, cuando el Comité Político del PLD decidió por mayoría buscar un nuevo traje constitucional a la medida, quedó destinada su división y la demostración más clara de que el partido que ha gobernado durante 12 años consecutivos, está incapacitado para seguir más allá de mayo de 2016. Quedó claro entonces que había llegado el momento del relevo político, generacional y de liderazgo, que República Dominicana reclama.
Al margen de que es el PLD el que debe resolver su propia crisis interna, lo relevante de esta situación es que el gobierno está paralizado, más preocupado de pasar una reforma coyuntural y dañina que de gobernar; mientras los intereses políticos y de poder, condicionados al erario público, hipotecan el futuro del país. Esto no lo podemos permitir, y desde el PRM vamos a luchar por sacar a un partido incapaz, sesgado por sus ansias de poder y convertido en una corporación que pone sus intereses particulares por encima de los colectivos.
Que quede claro, estamos en la acera de enfrente al PLD, con una sola consigna: en el Partido Revolucionario Moderno rechazamos por principio y en los estatutos, la reelección presidencial, la afrenta constitucional por coyuntura, y el continuo perjuicio a la democracia y la institucionalidad, pues ha sido una democracia por la cual muchas dominicanas y dominicanos lucharon, la misma que defendió José Francisco Peña Gómez, la que enarboló mi padre y expresidente de la República, Salvador Jorge Blanco, y la que respaldamos en la actualidad con más fuerza que nunca. Por lo tanto, rechazamos, por principio estatutario, la reforma constitucional que persigue dar continuidad a más de lo mismo.
Nuestro candidato presidencial Luis Abinader sigue trabajando, cada día sumando nuevos adherentes, dirigentes políticos y ciudadanos que han visto cómo la esperanza vuelve a renacer. Las encuestas posicionan al PRM y a Abinader en franca consolidación, la respuesta más contundente al clima político actual: mientras por un lado prevalece el caos interno y las intenciones de atentar contra la Constitución, del nuestro se impone la democracia interna, la unidad y la apertura. El camino nos dicta que vamos rumbo a la victoria. Lo lograremos.