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Orlando Gómez

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El acceso al crédito de las MIPYMES sigue siendo uno de los retos más importantes de la economía dominicana. Este reto ha sido tomado muy en serio por el Estado dominicano que ha ejecutado múltiples iniciativas para estimular ese tipo de crédito empleando avales estatales, promulgando leyes como la Ley de Garantías Mobiliarias y ofreciendo asistencia directa para ayudar al sector.

Uno de esos esfuerzos aún se encuentra en el Poder Legislativo agotando sus procesos, el proyecto de ley que crea la figura de las Sociedades de Garantías Recíprocas busca crear un nuevo vehículo que permita facilitar el acceso al crédito para la MIPYMES creando un pool de garantías dentro de esta nueva figura.

MIPYMES

Las sociedades de garantías recíprocas son entidades sin fines de lucro constituidas por MIPYMES como socios partícipes que ofrecen garantías y avales sobre los créditos extendidos a esas MIPYMES.

Adicionalmente, dentro de estas se pueden encontrar socios protectores que habitualmente pueden ser bancos, empresas grandes o entidades estatales que sirven como garantes de la capitalización de la sociedad. Las sociedades de garantías recíprocas también juegan otros roles como el otorgamiento de líneas de crédito, asesoramiento técnico y financiero, o servir como centralizador y canalizador de cualquier asistencia estatal.

Por ser entidades sin fines de lucro, utilizar un vehículo societario de los previstos en la ley de Sociedades Comerciales no es lo apropiado para replicar la figura en la República Dominicana pero, por igual, al tratarse de una sociedad de capital la figura legal de asociación sin fines de lucro tampoco sería correcta.
Es por ello que propongo utilizar la figura del fideicomiso, la cual puede acomodar tanto la estructura capitalista como el objeto sin fines de lucro de las sociedades de garantías recíprocas.

Tanto el Estado como el sector privado pueden crear fideicomisos de garantías recíprocas para MIPYMES de distintos sectores económicos o regiones, y fungir como socios protectores sobre las mismas.

El patrimonio fideicomitido se nutriría no solo de los aportes de los socios protectores, sino de forma significativa de los aportes en capital y las garantías de los socios participantes, las cuales servirían como respaldo a los avales otorgados por el fideicomiso de garantías recíprocas a los acreedores de las MIPYMES.

Esta figura le permitiría a los bancos otorgar créditos a las MIPYMES considerando el aval del fideicomiso como una garantía fiduciaria, lo que les permitiría ofrecerlo a mejores tasas y plazos.
Este modelo no tiene porque esperar una nueva ley, y puede empezar a ser ejecutado con los instrumentos legales que ya están a nuestro alcance.