Santo Domingo.- Algunos expertos en asuntos militares han preguntado si Rusia y Estados Unidos tienen la capacidad suficiente para provocar alteraciones en los patrones climáticos del planeta.
Es algo que para muchos podría parecer una pregunta tonta, aunque en realidad, las dos superpotencias cuentan con sistemas denominados “calentadores ionosféricos”.
Se trata de antenas con transmisores de ondas de radio y se utilizan para la investigación de la atmósfera. Algunos los denominan como “armas climáticas”, por su capacidad para provocar cambios atmosféricos.
Las potencias militares los han utilizado para enviar mensajes a sus submarinos nucleares, debido a la dificultad de circulación de la señal en naves acuáticas.
Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea cuentan con estos sistemas.
Estados Unidos cuenta con el proyecto HAARP, que costó 300 millones de dólares, los rusos tienen el SURA y la UE al sistema EISCAT.
Con los mismos se puede provocar sequías en determinadas zonas y lluvia torrencial en otras, con lo que se afectaría la economía de cualquier nación enemiga. Es decir, un cambio climático provocado.
Pero también pueden crear tsunamis y terremotos mediante la manipulación de ondas, según han explicado científicos y especialistas en física.
Es decir, se puede derrotar a un adversario sin necesidad de utilizar la guerra convencional y sin que se sepa quién fue el agresor, gracias al avance de la tecnología.
Gracias a estos sistemas, las potencias militares pueden enfocar hacia un punto determinado de la ionosfera (capa que controla el clima) y calentar cierta zona. Estados Unidos ha insistido en que solo busca estudiar la ionosfera con su proyecto.
En el 2002, Rusia expresó su preocupación por el funcionamiento del HAARP estadounidense, durante un encuentro del Parlamento ruso, en el que el presidente, Vladimir Putin, leyó un informe sobre el mismo.
“Estados Unidos está creando nuevas armas integrales de carácter geofísico (las climáticas), que pueden influir en la troposfera, con ondas de radio de baja frecuencia. La importancia de este salto cualitativo es como comparar las armas convencionales con las atómicas. Este tipo de armas difiere de las de cualquier otro tipo conocidas, ya que la troposfera y sus componentes se convierten en objetivos, sobre los cuales se puede influir”, leyó Putin.
Estos calentadores pueden ser utilizados como armas climáticas, ya que cuentan con capacidad para modificar el clima, ya sea enfriando o calentando zonas específicas.
Para lograr dicha manipulación se utilizan las ondas ELF (espectro electromagnético). Este se puede definir como la radiación electromagnética que emite o absorbe una sustancia.
De todo esto podemos deducir que las potencias le han mentido al mundo, cuando atribuyen el cambio climático a otras causas que nada tiene que ver con la ocurrencia de desastres.
