“Macos”, delincuencia…
Las llamadas molestosas para denunciar emergencias falsas al recién estrenado sistema 9-1-1, que se produjeron en cantidades alarmantes antes y después de iniciar ese programa, evidencian uno de muchos asuntos cotidianos graves que desmeritan el combate a delincuencia y promueven la impunidad.
Ahora es que las autoridades “descubren” la existencia de cientos de miles de teléfonos móviles prepago activados por apócrifos, “muertos”, con identidades falsas o suplantadas y otras acciones fraudulentas que hacían a sus usuarios inalcanzables para la ley en casos delictuosos.
Los denominados celulares “macos”, mercadeados en esquinas de intenso tráfico, se constituyeron en principales aliados de quienes molestaban con llamadas de falsas emergencias al 9-1-1 y también sirven a la impunidad en casos de secuestros, chantajes, extorsión, narcotráfico y demás.
En el lado positivo o humano de la moneda, esta tecnología móvil ha dado vida también a inmensa población dominicana de origen haitiano, integrada por “muertos civiles” carentes de documentación, impedida de realizar trámites normales como suscribir un contrato telefónico. Para sociólogos, esto es parte de la informalidad dominicana, reflejo de atraso institucional, que tiene otras manifestaciones en olímpicas violaciones legales, como en el tránsito, también espejo de desorden no solo del simple ciudadano, sino también de los propios órganos gubernamentales.
La decisión de cancelar el servicio a teléfonos prepago cuyos usuarios no pudieran validarlos con documentación real y propia ayuda al combate delictivo con uso tecnológico y merece respaldo comunitario, como también otros controles y exigencias legales, tal el caso de las motocicletas. Además de los “macos” que estimulan impunidad, por ineficiencia, tolerancia y vicios de la autoridad en hacer cumplir la ley, la sociedad contempla impávida la dualidad entre teoría o aspiración y práctica o realidad material en que el propio poder promueve la delincuencia sin castigo.
Junto a “macos” hay más lacras que validar.