Opinión

PUNTOS… Y PICAS

PUNTOS… Y PICAS

Carlos Manuel Estrella

Despertar cívico

 

El domingo 22 el pueblo marchó esperanzado para exigir freno a la escandalosa corrupción y la impunidad que protege inconductas públicas evidenciadas en sobornos desde el exterior.
El caso de la constructora Odebrecht, destapado en América por admisiones de la empresa brasileña a la justicia de Estados Unidos de emitir pagos fuera de ley por más de mil millones de dólares para obtener ventajas y contratos de obras de gobierno, es comidilla obligada.

La marcha del 22E, una de las mayores demostraciones cívicas después del ajusticiamiento de Trujillo, tiene características únicas y envía mensaje a políticos de que la clase media está dispuesta a tomar las calles para provocar cambios desde el poder público.

La protesta fue apartidista, espontánea, contagiosa, animada, organizada, pacífica, familiar y ecologista, no solo por el verde, color de naturaleza y esperanza, sino porque al final los manifestantes dejaron las áreas utilizadas más limpias que como las hallaron.

La repercusión internacional también es sintomática. En Nueva York, primer exponente de la diáspora, fue impresionante por la cantidad y calidad de participantes, peso específico e impacto en medios externos, frente a la tímida cobertura interna.

Imágenes en redes, vídeos y tomas aéreas de la muchedumbre hablan más que mil palabras, como sentencia la sabiduría periodística, ante el menosprecio de la “opinión publicada” a destacar como se merece esta singular manifestación.

Para cerrar el recorrido con acto lírico-cultural, la Puerta del Conde y alrededores fue copada por tal muchedumbre que recuerda grandes episodios allí, ahora con más público, como el discurso de Caamaño en la revuelta cívica convertida en guerra patria en 1965.

Todo esto tiene mucho simbolismo e impacto para despertar conciencias dormidas, marcar antes y después, poner en sintonía al poder público con consignas dominantes que resumen esta manifestación como “el pueblo dijo ya, cero impunidad”.

El Nacional

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