Opinión QUINTAESENCIA

Putin ganó

Putin ganó

Rafael Ciprián

En nuestros años de militancia política partidaria, especialmente al lado de Juan Bosch, aprendimos, en la práctica, que se debe pelear con ventaja, pero sin sobrepasarse.

Con lecciones así se logra ejercer la ética de vencer con elegancia y, también, fortalece el carácter.
Otra razón para practicar esa enseñanza es que no deja espacio para que los espíritus sensibles se solidaricen con el derrotado, considerándolo como el débil. Terminan condenando al triunfador por haber abusado de sus ventajas o superioridad.

Es evidente que Vladimir Putin, el jefe de Estado de la Federación Rusa, rompió los parámetros con su triunfo en las elecciones del pasado domingo. Obtuvo más del 87% de los votos emitidos. Alcanzó unos 76 millones de votos. Y su más cercado contendor solo logró el 4% de los sufragios.

Podrá gobernar desde el Kremlin, en su quinto mandato, por seis años más, hasta el 2030. Superará a Josef Stalin en el poder y a todos los demás gobernantes rusos de los últimos 200 años.

Los comicios en que Putin obtuvo ese resonante triunfo son un ejemplo de participación popular. Con un universo electoral de 114 millones de votantes, acudió a ejercer el voto un 74,22%. Y votaron hasta en Crimea y regiones del Donbás.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, restó legitimidad al resultado electoral y reiteró su deseo de un juicio penal en La Haya contra el líder ruso.

Para el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, las elecciones no fueron “…libres ni justas, dado que el señor Putin ha encarcelado a opositores políticos y ha impedido que otros se presenten contra él.”

Contrariamente, diversos presidentes de naciones que pertenecieron a la desmembrada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) procedieron a felicitar calurosamente al exteniente coronel de la KGB por su victoria electoral.

Las elecciones rusas se realizaron dentro del panorama de la guerra con Ucrania, fuertemente apoyada por Europa, los estadounidenses y los demás países que integran la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), con cientos de miles de millones de dólares en armamentos.

Hasta en el día de las elecciones, Rusia recibió en su territorio ataques militares de Ucrania. Instalaciones de gran importancia económica fueron impactadas por proyectiles ucranianos.

La participación y los resultados del certamen comicial representan inequívocamente una aprobación de las grandes mayorías rusas a la gestión de su presidente Putin. Y con esto a sus declaradas intenciones en Ucrania y el nuevo orden mundial.

Putin restauró el orgullo ruso, frente a las humillaciones internacionales. Sin ser Pedro el Grande, se ha dado a respetar. Rusia ya no es una potencia regional, sino nuclear y mundial. Putin ganó.