Articulistas

Quo vadis covid

Quo vadis covid

Ernesto Guerrero

Hay suficiente evidencia de que las personas vacunadas tienen menos probabilidades de hospitalización o fallecimiento en caso de una infección por covid-19. Una primera, segunda, tercera o cuarta dosis tienen igual beneficio.  Hágale caso a su familia, y deje de estarse haciendo el importante, (pendejo diría yo) imite al tenista Novak Djokovic que después de tanto patalear, finalmente se puso la vacuna.

Si el gobierno exige a todos los ciudadanos tener una tercera dosis, procure que la misma sea de Pfizer. Recuerde que usted podrá experimentar algunas molestias al otro día, pero estas desaparecerán en horas. Las personas inmunodepresivas ejemplo: cáncer, VIH o con morbilidades como diabetes, hipertensión son los que están más a riesgo y necesitan con más urgencia esas dosis adicionales.

Es cierto que las vacunas protegen poco o nada contra el contagio y corren el mismo riesgo el vacunado o el que se contagió antes. Ómicron es tan, pero tan contagiosa, que al final todos nos contagiaremos. Pero desde luego es mejor una “fiebrecita” dolor en las articulaciones, problemas de visión por uno o dos días que se pasan en casa, a tener que intubarse en un hospital.

Los casos son tantos que ya no vale la pena contarlos. Además, con pruebas rápidas en casa, muchos casos nunca serán notificados. Empero, al igual que la gripe o la influenza se estimará el impacto de la epidemia, con una muestra aleatoria de población.  Las hospitalizaciones y los fallecimientos serán los únicos parámetros para determinar cuándo bajar o eliminar las medidas sanitarias impuestas a la población.

Hoy sabemos que los casos de contagio en su mayoría ocurren en lugares cerrados con poca ventilación, y resulta paradójico cuando la gente anda en la calle con mascarilla, pero se la quita para entrar al bar, teatro misa. Hoy sabemos que los cierres de fronteras, el cierre de escuelas y la limitación de reuniones sociales tienen poco impacto sobre la mortalidad.

A no ser que aparezca otra variante más letal y contagiosa, nos encaminamos al final de la epidemia para pasar a considerar la covid-19 como un virus que produce gripe y que reaparece cada cierto tiempo, al cual podemos combatir con vacunas, tratamiento y medidas sanitarias. Si no lo ha hecho todavía ¡vaya a vacunarse ya!

Hay suficiente evidencia de que las personas vacunadas tienen menos probabilidades de hospitalización o fallecimiento en caso de una infección por covid-19. Una primera, segunda, tercera o cuarta dosis tienen igual beneficio.  Hágale caso a su familia, y deje de estarse haciendo el importante, (pendejo diría yo) imite al tenista Novak Djokovic que después de tanto patalear, finalmente se puso la vacuna.

Si el gobierno exige a todos los ciudadanos tener una tercera dosis, procure que la misma sea de Pfizer. Recuerde que usted podrá experimentar algunas molestias al otro día, pero estas desaparecerán en horas. Las personas inmunodepresivas ejemplo: cáncer, VIH o con morbilidades como diabetes, hipertensión son los que están más a riesgo y necesitan con más urgencia esas dosis adicionales.

Es cierto que las vacunas protegen poco o nada contra el contagio y corren el mismo riesgo el vacunado o el que se contagió antes. Ómicron es tan, pero tan contagiosa, que al final todos nos contagiaremos. Pero desde luego es mejor una “fiebrecita” dolor en las articulaciones, problemas de visión por uno o dos días que se pasan en casa, a tener que intubarse en un hospital.

Los casos son tantos que ya no vale la pena contarlos. Además, con pruebas rápidas en casa, muchos casos nunca serán notificados. Empero, al igual que la gripe o la influenza se estimará el impacto de la epidemia, con una muestra aleatoria de población.  Las hospitalizaciones y los fallecimientos serán los únicos parámetros para determinar cuándo bajar o eliminar las medidas sanitarias impuestas a la población.

Hoy sabemos que los casos de contagio en su mayoría ocurren en lugares cerrados con poca ventilación, y resulta paradójico cuando la gente anda en la calle con mascarilla, pero se la quita para entrar al bar, teatro misa. Hoy sabemos que los cierres de fronteras, el cierre de escuelas y la limitación de reuniones sociales tienen poco impacto sobre la mortalidad.

A no ser que aparezca otra variante más letal y contagiosa, nos encaminamos al final de la epidemia para pasar a considerar la covid-19 como un virus que produce gripe y que reaparece cada cierto tiempo, al cual podemos combatir con vacunas, tratamiento y medidas sanitarias. Si no lo ha hecho todavía ¡vaya a vacunarse ya!